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Incandescencia, para Guitarra

Como última confesión deseo declarar que trascendí con mi guitarra a lo metafísico y fuí mas lejos aún, a lo demoniaco. Que a par de la dulzura y libertad que otorgué con mis melodías, produje también aridez y tristeza en tantas existencias ahora arruinadas, y en el más cobarde de los secretos. Sería abril hace seis años, cuando descubrí “Incandescencia”, una combinación atroz de notas que, ejecutada en el orden correcto, producía inmediatamente la muerte en quien la escuchaba en su totalidad con los ojos abiertos. La avaricia, está de más decir, devoró el alma de éste incauto y me desfiguré en la ebriedad del poder de la maldita sinfonía. Tantas soledades me abrigaron desde entonces y no conseguí jamás eludirlas. El dolor supo finalmente asfixiarme y hoy he decidido terminar mi vida. Dejo a un lado mi guitarra como prueba de lo dicho, y mi cuerpo, que ya estará descompuesto cuando se lea esto, sabrá aportar con su irónica pureza, certidumbre a mis palabras. No he podido evitar reproducir en mi piel las notas de “Incandescencia”, por soberbia para demostrar mi genio, y por la tristeza diabólica que me aflige, para que la maldad siga existiendo.
Abrahamsaucedocepeda23 de febrero de 2009

2 Comentarios

  • Abrahamsaucedocepeda

    Rodrigo y Gabriela tocan una rolita llamada "Diablo rojo", que le queda muy bien a ?ste minicuento, por cierto.

    23/02/09 03:02

  • Mejorana

    Caramba Abrah?n vaya minicuento m?s perverso.
    Mejor no encontrarse con esa m?sica diab?lica no vaya a ser que nos transporte a lugares donde no pretendemos ir por el momento.
    Ma gusta tu minicuento. Es atrevido y original.
    Un abrazo.

    23/02/09 03:02

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