Observó las nubes, hacía unos segundos que el sol brillaba en lo alto, de pronto, solo fue un vano recuerdo. La negrura absorbió cualquier atisbo de luz. Sus presentimientos se iban a hacer realidad.
Más adelante, una ventana abierta a su mirada, le mostraba petulante miles de hojas escritas por su mano diestra. Con estupor, se dio cuenta de que la firma no era la suya ¡Le usurparon la autoría!
El trabajo que estuvo haciendo día tras día, en esas noches de insomnio cuando las musas le visitaban, se lo habían arrebatado con total impunidad. Horas y horas de escritura, deshojadas, vilmente copiadas por un ser, sin otra motivación que violar la paternidad de sus obras.
La lluvia venidera sería el resultado de su llanto interno. Buscó la luz entre las sombras, escarbando con unas manos llenas de surcos producidos por el manejo su adorada pluma. La realidad se mostró dura y concisa ante sus ojos.
Pronto se daría cuenta de que, copiar era una tendencia en boga, un modismo, un hecho que siempre había sucedido, sucede y sucederá.
Nada podía hacer, tan solo gritarle al mundo su desconcierto.

…………………………………………………..

Una reflexión:
¿Nos copian o nos investigan?


Una frase:
Copia de un libro y lo llamarán plagio. Copia de varios, y lo llamarán investigación.
(Anónimo)

Seguir AutorRecomendar Texto Agregar a Favoritos

2 Comentarios

• 

  Adonais1

  Perdone usted, Fcojavier.... Si es profesor yo soy Marlon Brando.
  Creo que su comentario está de más en este sitio.
  Gracias.
  Adonais

  12/03/12 01:03

• 

  Beth

  A mi creo que ni una cosa ni la otra. Copiar, ¿para qué? No merece la pena copiar lo que escribo. Por tanto, investigar, menos todavía.
  
  Pero en todo caso, la pena es para el que plagia, ¿no? Porque quien ha creado, puede volver a hacerlo; el que copia, será toda la vida eso, un copista o copión o como se le quiera llamar

  12/03/12 05:03