Como Agua En Calma
Tal vez me aburra
a ratos
sentirme tan
patéticamente
cómodo.
Un puñal
a veces
inesperado
clavado con garra
en mi espalda
le daría vidilla
a esto,
así,
como era antes...
Luego
sumergirme en la herida
con una pizca
de odio
y la rabia desgastada
al llegar
a su fondo.
Tal vez me aburra
a ratos
la vida alegre
y las sonrisas
del espejo
y la tristeza
en las mazmorras
y la penumbra raída
filtrándose en la nada.
Hasta que veo,
oigo y siento,
las tripas de medio mundo
rugiendo con fiereza
y la otra mitad
salvajemente
sorda...
los números del ávaro,
la sangre del carnicero,
las balas del soldado,
las mentiras del tirano,
los aplausos del borrego,
las cenizas de mi alma...
Y pienso
en las batallas
perdidas,
en los rostros
lejanos
devueltos por el tiempo
con la imagen
pixelada,
en la soledad más amarga,
en el cariño que
casi profesé
hacia la muerte
y que esta
casi me correspondió...
Pienso en el salado
de lágrimas propias
y ajenas,
en las sombras aduladoras
que pretendían
arrastrarme
al borde de la locura,
en el inseguro
autodesprecio,
en las grietas
de un corazón
marchito
y envenenado,
en el son tétrico
que bailaba y compartía
con las paredes
cada noche
puntual
atrapado
en la oscuridad...
Y pienso...
Hasta que mi chica llega a casa,
como hoguera al frío,
como lluvia al desierto...
me besa y pregunta
que qué tal el día,
y desde mi comodidad respondo,
con el cigarro en la mano
y la paz en la mente...
"Nada nuevo cielo,
tranquilo...
tranquilo..."
Después de todo
no está tan mal
sentirse tan
absurdamente aburrido.
