Supongo que llega un momento
en el que todo hombre
cierra los ojos
y se deja caer
en brazos de la rendición,
a veces pienso que toda esta felicidad
es demasiado artificial,
demasiado rutinaria,
impuesta por el desgaste
de la tristeza que nos rodea,
parezca que esté observando
mi vida desde fuera,
actuando sin propósito,
contemplativo ante la tormenta
que se avecina,
huyendo de lo real
a una velocidad
que mi ser no puede soportar,
esto me hará añicos,
ya puedo sentir
como me resquebrajo,
las grietas trepando por mi cuello,
me he difuminado de forma necia
en una burbuja
de pasotismo y aislamiento
dignas de un despojo
y me he vuelto gris,
una sombra de lo que pensaba
sería a estas alturas,
el conformismo se ha convertido
en un maldito parásito
al que tengo el dudoso honor
de poder llamar amigo,
me precipito sin remedio
por el precipicio
de una vida cualquiera
olvidando la vulgar desgracia
que me condujo hasta aquí
desde el principio,
lo que está claro es
que cuando logro despertar
aún siento el reflejo del dolor
en cada uno de mis movimientos,
pero no es el fin,
aún puedo estallar de nuevo...

Seguir AutorRecomendar Texto Agregar a Favoritos

5 Comentarios

• 

  Luia

  Sin palabras...
  
  Cordial saludo

  13/11/18 09:11

• 

  Mr.elio

  "La puta madre esta buenísimo esto" Las primeras 6 palabras que me salieron del alma al terminar de leer y eso resume todo.

  13/11/18 11:11

• 

  Diegozami

  Esa rutina que se termina llevando el cuerpo hacia la nada...
  
  Muy buen texto.
  
  Saludos Adrian.

  13/11/18 02:11

• 

  Remi

  Quedé impactada con tu poesía, es tan... intensa y real, creo que todos nos hemos sentido así alguna vez.
  Maravillosa forma de escribirla, te felicito Adrian.
  Un abrazo.

  13/11/18 07:11

• 

  Adrian

  Gracias a todos por vuestro tiempo. Un saludo.

  16/11/18 03:11