Alfa y Omega
Jugué, me quedé sin cartas, intenté hacer trampas, guardándome un as de corazones en la manga, sin saber que los tréboles me dieron la espalda esa noche. Ignorancia o carencia de ella, quién sabe, tentación, errores con perdón, pero eternos en la memoria. Y si se cayera está noche el mundo, apostaría todo por ti, por ahogarme en mis recuerdos para sacarte de ellos y colocarte en mi mañana. Por hacer que las caricias recobren el sentido que me robaste, y que llamaba tacto, ahora no siento nada al deslizar mis dedos por una piel que no sea la tuya. Me perdí en tus ojos y cuando se marcharon no supe salir de ellos, y ahora cada noche le pido a la luna que regresen, para encontrarme a mí mismo, para dejar de relatarle a mi almohada, los te quiero que se quedaron en el tintero
mírame, estoy dispuesto a remover mi conciencia, a hacer de ti mi alfa y omega, el principio y el fin de esta enfermedad, que empezó en tu adiós y cuya cura reside en tus labios. Quiero hacer de ti esa melodía perfecta, mezcla de violines y susurros, esa que hace que el uno vuelva a ser dos, que las rosas oculten sus espinas y brillen como el rojo de tus labios, aquellos que dejaron marca en mi cuello y cicatriz en mis latidos, cuyo combustible reside en tus pupilas, vuelve y regálame un renacer, una tormenta perfecta, un huracán que arrase con el pasado y nos regale un futuro bañado en pétalos y en mañanas lluviosas, bajo la torre Eiffel, en el refugio de tus pestañas, en las mareas de mi piel, fría en tu ausencia, deja que el amor hiberne hasta que pase la tempestad y hagamos que florezca en nuestra primavera, llena de jardines color esperanza, de cielos tan azules como tus ojos
mírame, ni una tropa de despropósitos podría hacerme renunciar a ti, dispuesto a dar un latigazo al destino, a robarle las riendas y poner rumbo a tu boca, de la que emerge la voz más dulce. No voy a luchar, voy a robarte el corazón, con la sutileza con la que te perdí, voy a romper ese nunca y de los pedazos en los que se lee ¨quizás¨ sacaré los hilos con los que hilvanaré nuestro siempre.
