Las guerras que más daño causan son las internas, sinceramente no entiendo porque dicen que el hombre es el único animal racional, a veces nos tropezamos no con la misma piedra, sino con nuestros propios pies.
Es grave la situación cuando se pasa del cariño al inquietante silencio en cuestión de un mes.
Antes me regalabas palabras, ahora ellas huyen de tu boca cuando se encuentran frente a la mía.
Tus miradas expresaban sensaciones y hoy no quedan miradas que terminen en mí.
Simplemente la coherencia se ha visto pisoteada y el orgullo endiosado, como si de una muestra de riqueza humana se tratara. Resulta irónico que intentes hacerme creer que no te importo, cuando ni siquiera tú te lo crees.
Cierto es que yo no doy un paso adelante, pero quizá sea porque ya se ha acabado el camino, y sólo desde tu posición se contempla un avance.
Callar las voces que vienen de dentro para no ser esclavo de ellas, es una soberana estupidez, de que te sirve ser el dueño del silencio si este es insustancial y carece de sentimientos.
Si de verdad nos importa algo/alguien no debemos temer por expresarlo con la melodía de las palabras, pues no hay mayor muestra de estar orgulloso de uno mismo, que tragarse el orgullo. Cuestión de orgullo.
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