El Tiempo es Belleza
Esa puesta de sol en la que el manto anaranjado esboza las siluetas de todo lo que queda tras de sí, en la que los árboles se asemejan a espectros desdibujados. Esa estampa es, para mí, la postal de un tiempo pasado, el atardecer como despedida nostálgica, como el adiós de una época radiante que se apaga por momentos. Esperanza y añoranza a partes iguales. Pocas cosas me resultan tan evocadoras como esa imagen. La de algo que fue y ya no es, la de un amor que, gradualmente, se marchita, se desvanece con cada microscópica mota de polvo flotante en los rayos del sol. Y es que, inevitablemente, el tiempo se nos escapa, se refugia en las muñecas y se cuelga de los calendarios, pero avanza implacable, haciendo brotar lágrimas y secándolas a continuación, abriendo cicatrices y sellándolas después, enfermedad y remedio, alivio y castigo.
El tiempo es la belleza, lo efímero está dotado con esa virtud, lo que resulta perecedero es lo que llegamos a anhelar, lo que agarramos con fuerza para intentar retener: el tibio tacto de esa mano que insiste en despedirse, mientras tratas de tomarla para seguir dibujando caricias en ellas; ese beso, espontáneo, vehemente, el riesgo victorioso, el sabor fugaz que brinda un corazón titubeante que se ve sosegado por unos labios; esa canción que es imagen, recuerdo, momentos de tu vida que no se repetirán, pero que, por algún motivo, quedan grabados en esas melodías hasta el final de tus días.
La vida es bella porque conocemos su final, pero no cómo llegaremos hasta él, porque el dolor y el placer suelen darse en dosis desiguales, y porque el tiempo se empeña en recordarnos con cada atardecer, que todo lo que hoy es, algún día, dejará de serlo.
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Polaris
Gran texto.
Pol.
02/03/14 04:03
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Adrielegance
Te agradezco mucho todos tus comentarios, me alegro de que te haya gustado. Un saludo!!
02/03/14 07:03
