La Muerte
Cuando hablamos de la muerte siempre pensamos en negro, en tonos macabros, en luces que se apagan, en una vida que se esfuma, en unos párpados que caen, en una figura que yace en el mayor de los sosiegos. A la mayoría de las personas estas imágenes les causan pavor, y quizás no se apele a la razón, pues al no ser, no se padece
hay muchas formas de morir ya en vida y esas causan dolor, pues aún somos; se clavan como un punzón gélido a través de la carne, de la piel, ignorando cualquier sentimiento, cualquier imagen que alberga nuestro cuerpo, todo lo que consideramos humano, de humanidad, aquello que se aleja de lo estrictamente físico y anatómico. Ese dolor no precede a un descanso, se aloja en los huesos como una enorme y pegajosa sombra negra, se respira con él, se padece cada punzada, y en ocasiones ni el tiempo logra eliminarlo.
Quizás la muerte se presente en ocasiones en forma de alivio, como una suerte de dolor final ante el que sucumben todos los anteriores en esa vida que deja de serlo. Afrontar el final es duro, todo lo que hayas hecho en tus años de vida pasará a ser recuerdo, historia, memoria de quienes quisieron y tú no serás, ni sangre, ni aliento, todo lo habrás sido.
Carpe diem, tempus fugit: Siempre apelando a esa carrera contrarreloj que es la vida, a esa intención de exprimir con el puño cada segundo, de apretarlo hasta la extenuación, con la esperanza de introducirlo en la piel, de retenerlo
de alejar ese desenlace al que nos empuja el fugaz paso de las hojas.
Me gusta dedicarle los pensamientos justos a esto, tratar de no pensarlo, sé que nunca se está preparado, por el simple hecho de que no se conoce ni el cuándo, ni el cómo, pero a veces disfruto sabiendo que esta melodía dulce y melancólica de violín, un día chirriará y adquirirá una nota tétrica y cuando eso ocurra miraré atrás y saborearé toda la belleza de antaño.
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Sonoridario
Morir es parte de la vida, el agotamiento paulatino que nos inquieta. Existen muchas clases de muerte, y el final...tan sólo forma un milenario temor a perderlo todo. Quizá nos apegamos a la vida como el recurso más poderoso, quizá nos equivocamos. El inconscente humano desconoce que va a morir, que debe acabar...de ahí que suframos por el simple hecho de tener conciencia. Piensa cada día en esa invitación a la muerte. Llegará, en cualquiera de sus variedades, pero...sé consciente de que no es un proceso inútil. Un saludo.
01/11/14 05:11
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Adrielegance
Comparto tu opinión. Gracias por leer y compartir tus pensamientos. Saludos.
01/11/14 06:11
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Polaris
Como siempre, tienes mi admiración.
Un abrazo, amigo mio.
Pol.
03/11/14 12:11
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Adrielegance
Muchas gracias por leerme y darme siempre tu opinión. Abrazo!!
03/11/14 05:11
