Dicen que el dinero no da la felicidad… verdad a medias. Cada persona tiene un concepto de la felicidad, pero negar que el dinero establece los límites de una vida, sería negar lo innegable. Con observar nuestro entorno es suficiente, los que lo tienen y los que no lo tienen, es triste, pero es una visión real de nuestra sociedad actual. Y si intento imaginar un mundo sin dinero, es inútil, desde tiempos inmemorables la economía rige nuestras vidas, es más pienso que el 70 % de nuestros actos, tiene como finalidad la obtención de este tirano con forma de monedas y billetes. Algunos lo obtienen de forma honrada, otros lo ensucian, lo toman prestado o venden a su propia madre por él. Puede que el dinero saque lo peor de nosotros mismos, pero los problemas en verdad, son por una mala gestión de éste, no es comprensible que a unos les sobre y otros mueran por no palparlo, el mundo está mal repartido, la vida es injusta, tópicos que ya no escuecen a los oídos de nadie. Y es posible, que todo tenga un precio, para muchas personas la cartera es la más brillante de las cualidades, el amor no puede comprarse, pero si podemos bañarlo en oro. Un billete es la solución a mucho y la causa de otros tantos problemas, suspiramos por él, lo mimamos, lo despilfarramos, lo anhelamos, morimos y algunos matan por ver su reflejo en el canto de una moneda… es triste el punto al que hemos llegado, es curioso como a veces, el remedio, es peor que la enfermedad. El dinero fue creado como una herramienta útil para el intercambio de bienes en una sociedad, lo que no se sabía, es que podía llegar a corromperla de tal manera. Mientras haya personas que sitúen el dinero como una prioridad, y su obtención como un fin que justifique los medios, el mundo será un lugar peor.

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