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Ritorno

Cayó el sol, un día más, y aquí estamos viejo amigo. Caerán las hojas, se helarán las aceras y se colorearán las primaveras y aquí seguiremos, viendo como llueve, como truena, como el tiempo no cesa, como va dejando atrás recuerdos y va hilvanando otros al compás de la vida. He llorado al amor, tras ver su sonrisa, he caído, he mordido el polvo y él me ha mordido a mí, le he visto los ojos al odio y las manos a la impotencia, he abrazado la amistad, he contado las estrellas y me sigue dando infinito, como ese cielo, en el que se perdieron algunos, por mirar demasiado o por no hacerlo siquiera. Personas que vienen y van, pasos que se cruzan, que se tropiezan, que se besan o que se alejan por caminos opuestos. Espejos que muestran lo que no se puede contar, dolores que mueren con la alegría, alegría sentenciada por la vida. Esperanzas, que se esfuman, que se agrandan, que dejan de serlo al final del camino. Dolores de cuello, por mirar atrás, por esperar un regreso que no quiso regresar, por querer atarse al pasado, por negarle la ambición al futuro, por no saber si cantarte o llorarte, por no saber si era amor u obsesión, por querer sin querer, por olvidar sin dejar de recordar... he ahogado mis noches en alcohol, de grados equivalentes al dolor de las heridas, que escuecen con imágenes y arden con palabras. He buscado refugio en labios que sólo guardaban besos, efímeros, vanos, sin más misterio que la duración del placer, que no otorgará nada, a un alma hambrienta, huérfana de amor, del que una noche se empachó, y con el que hoy se atraganta. He sido demonio, he gritado a la rabia, he roto miradas y espejos de tanto pedirles respuestas, a preguntas incontestables. He maltratado mi orgullo hasta volverle vergüenza, he atado mi coherencia y he dejado que muriera de hambre. Me he dejado llevar por un músico atractivo, que llamaba latidos a sus canciones, y que dormía a mi mente con sus melodías oníricas y engañosas, como los cantos de una sirena. He fallado a mi esencia, y trato de recuperarla, buscando hasta debajo de las suelas de tus zapatos. Pero anoche miré a la luna a los ojos, miré al pasado y le apreté del cuello, para que dejará de seguirme, para que se largara de mi almohada, para que me entregara la llave con la que liberar al futuro para hacer que el tiempo vuelva a ser sueño y no pesadilla, para volver a ser yo, y todo lo que ello conlleva. No mires atrás amigo, sólo para recordar en que te equivocaste, mira hacia delante, y destila la felicidad en esto que llaman vida.
Adrielegance06 de septiembre de 2012

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