Rosas Negras
Noches estivales, dulces, cielos preñados de luceros y todo sigue igual, el calor no derritió mis sentimientos, mis recuerdos florecen y mi realidad se omite, llevándome a ese espacio temporal comprendido entre tus labios y tu adiós, donde hallé eso que todos dicen anhelar. Si tus caricias dejaban un aroma dulce, hoy su cicatriz dejo áspero mi corazón. Hay caminos que deben tomarse, y finales que preferirían no serlo. El tiempo marcó el guión, de historia romántica a drama, pasando por fases cómicas. Nadie sabe lo que proyecta una lágrima, nadie ve más allá de la piel, nadie sabe curar el dolor que no nace en los nervios, sino en los latidos. Y la luna no sabe responder a mis ojos, que inocentes miran hacia atrás, esperando un regreso de tus pupilas. Aceras empapadas de momentos, una ciudad que se pronuncia con tu nombre, fotos que fueron y hoy no son, una historia que contar y un amor que recordar. Y sólo el destino conoce si fue el último capítulo o el primero, pero el protagonista aún tiene algo que decir. Hoy sé que el miedo es empírico en esto del amor, pero no temo volver a enamorarme, a renovar sonrisas y a buscar manos que me abriguen cuando se marche el sol y caigan las hojas. De lo nuestro, sólo quedan restos, recuerdos, palabras, lugares y esas rosas de Febrero, que hoy se volvieron negras.
