¡Juguemos! Las reglas las marcará nuestra piel, sí, es un juego en el que los dos seremos ganadores, nosotros y la luna y las sábanas serán nuestro tablero.
Tus labios harán un marcaje a los míos, y mi aliento será tu impulso, mi calor tu refugio, mis manos tu perdición. Podemos hacerlo eternamente, repetir el proceso hasta que el sudor sepa dulce, hasta que tus pupilas se dilaten abriéndome las ventanas al paraíso de tu pasión.
Creo que vamos aprendiendo las reglas, tengo la llave para que esto sea divertido y tú eres la clave de sol que marcará este pentagrama música celestial la que emerge de tu boca hambrienta, pidiendo una dosis de la mía, que ha iniciado una travesía sobre tu cuerpo, y cada caricia es más dulce, cada minuto más ardiente y tus piernas son el sendero que trato de recorrer.
Dime que te sientes ganadora, que este juego te divierte y me fundiré contigo hasta que el reloj se rompa, hasta que mi corazón lata de manera feroz. Sí, la cama es testigo privilegiada de nuestro acalorado encuentro, y mentiría si dijera que no te buscaría otra noche. Mi cuerpo y el tuyo se buscaron y han encontrado la esencia que hace de esto algo ansiado.
