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La Historia Sin Título (capítulo 1)

Antes de empezar a leer este relato lo primero es decir que es un experimento que he probado con gente conocida y ha salido bastante bien. La verdad, fue tal y como yo me lo esperaba. Es una historia compuesta de 10 capítulos que se llama La historia sin título y guarda un secretillo aunque no lo parezca. En fin, solo quería aclarar esto. Cada día publicaré un capítulo. Recomiendo a las personas que lo lean que si la empiezan lo mejor es que la terminen porque en esta vida, nada es lo que parece... En el último capítulo comentaré en qué se basaba más o menos mi experimento. En fin, aquí la dejo.
Cap.1
Habían pasado los segundos, las horas, los días, los meses. Me resultaba muy difícil volver a la normalidad después de tanto tiempo. Y esta barba… ¡Dios mío, demasiado tiempo sin afeitarme! No sé por qué así de repente, me había dado por salir después de la desilusión que me llevé cuando me enteré de lo suyo. No había levantado cabeza desde aquello y mi teléfono, estaba lleno de mensajes que nunca se llegaron a enviar. Recuerdo ese día en el que me dijo que estaba entre dos bandas, que en su vida no sólo estaba yo. Que me quería mucho, pero que también había alguien más. Que mal había pasado esa noche; y la siguiente, y la siguiente… Estaba tan ciego, que no me veía capaz de continuar una vida sin su presencia. Era como una droga, como si de cocaína se tratase; con sólo probar, ya me enganchó y por momentos necesitaba más y más. ¿Y cuál es la única manera de desintoxicarse? Dejando el problema atrás. Pero ¿qué se supone que debes de hacer cuando no quieres salir de tu vicio, y es el propio vicio el que te abandona a ti? En ese momento la desesperación te invade y no sabes actuar y te preguntas qué has hecho mal. Lo malo es que no encuentras respuesta ni a esa pregunta tan simple, ni a las futuras que se pasarán por tu cabeza añadiéndose a la lista. En mi caso, lo peor estaba por llegar porque, cuando ya me estaba haciendo a la idea de que todo había acabado, ella volvió a mí como vuelve la primavera después del invierno. En ese momento, despertó mis esperanzas dormidas en el olvido y mi cabeza me envió una señal. Una señal de alegría, que me hizo saltar encima del sofá y correr como un loco por el pasillo mientras gritaba. Era como volver a la infancia y disfrutar de esas cosas tontas y simples que me hacían tan feliz. Añoraba esa época en la que todo era tan fácil y en la que los problemas, se arreglaban pidiendo perdón y agachando la cabeza. Al rato, decidí dejar mi euforia a un lado, e intenté pensar como una persona adulta. Debía de hablar con ella e intentar sacar algo limpio de todo este asunto. Cogí mi abrigo y me dispuse a salir a la calle. Ya iba siendo hora de pedir explicaciones. Llegué hasta su portal y llamé al timbre. Su dulce voz me invadió como si fuera un canto de sirena, hipnotizándome. Cuando me subí al ascensor, me dio la sensación de que estaba ascendiendo al cielo. Me esperaba con la puerta abierta, como otras tantas veces. Entré sin vacilar, y caminé hacia el salón, y allí estaba, con una camiseta XXL tumbada en el sofá sonriéndome. Me quedé al lado de la puerta a pesar de que estaba deseando lanzarme encima de ella. Al ver que no me movía, su sonrisa se borró instantáneamente y se reincorporó.
-¿Qué te sucede?
-La verdad, no lo sé. Esperaba que tú me lo dijeras.
-¿Yo? Creo que no estoy muy al corriente del asunto, la verdad.
-¿Qué no estás al corriente? ¡Pero si eres la causa de que esté como un imbécil ante tu puerta sin saber que decir! Mira Sandra, un día me quieres y me llamas, al otro me dices que no estoy yo sólo. Todas las explicaciones que me has dado van en mi favor pero, a mí no me lo parece. Me gustaría saber, que es eso que tengo que te vale, y que es lo que me falla.
- Si has venido a discutir, vale más que te vayas. Ya sabes dónde está la puerta.
Me quedé mirándola muy serio. No buscaba explicaciones por curiosidad, ni por capricho. Las necesitaba simplemente, para calmar un poco mi dolor y poder domar mis cambios de humor que pasaban de ser terriblemente amargos, a ser ataques de euforia indomables cada vez que me hablaba. Por una vez, reaccioné como un valiente y le dije:
-No me pienso ir de aquí hasta que me expliques las cosas. ¿Por qué si tanto dices que me quieres, no estás conmigo?
Logré formular una de las preguntas que tanto miedo me daban. Resopló, cansada de esa tensión. Puso los ojos en blanco y acto seguido me miró mal. Por fin, se dignó a hablar.
-Creo que sería incapaz de estar contigo porque tienes un carácter penoso. Todo te molesta, todo te desagrada. Tu vida está calculada. Para ti todo tiene que estar medio y con una explicación coherente, como lo que buscas ahora. Nada te pasa porque sí. No podría estar con alguien así. Parece que vives amargado, y más últimamente. Y lo que estás haciendo en este momento… en fin.
Me quedé blanco, parado, quieto. No sabría calificarlo muy bien. Me daba muchísima rabia que me dijera eso y no sé de dónde lo sacaba. Me dispuse a contestarle, como nunca antes lo había hecho.
-Odio que me mientan, que me mientan y que jueguen conmigo. Odio la mayoría de las cosas de color rosa. Odio entrar en la ducha y que el agua esté ardiendo, y odio cuando se congela. Odio esos días de calor y tener que ir caminando hacia la playa mientras me da el sol de pleno, y odio los días de lluvia. Odio madrugar ¡Dios, cómo lo odio! También odio acostarme tarde, a no ser, que esté de fiesta. Odio tener que controlar mi rabia y no poder gritar ni decir todo lo que pienso. Odio el pescado y sus derivados. Odio, las ciudades y odio no poder ver hasta dónde llegan por culpa de la contaminación. Odio que al escribir se me acabe la tinta del bolígrafo. Odio esos típicos jerséis de lana que pican. Odio las almendras amargas que tienen los helados y también odio el zumo de naranja agrio. Luego, como comprenderás, hay muchas cosas que me gustan pero realmente sólo me encanta una; y eres tú. Porque contigo, soy capaz de ver algo de verdad, en la peor de las mentiras, y me da igual que me manipulen y jueguen conmigo. Las cosas de color rosa, me parecen bonitas y me transmiten alegría. En la ducha, ignoro completamente la temperatura del agua, me paro a cantar canciones que me recuerdan a ti. Haces que los días calurosos o lluviosos me importen un bledo. Con tal de verte, me da igual si llueve o nieva. Y repentinamente, me encanta madrugar y acostarme tarde; muy tarde. De esa manera, paso más tiempo contigo. No tengo que controlar rabia de ningún tipo, todo es perfecto, por lo cual, no me desespera el no poder descargarla. Me da igual comer pescado, tu compañía le da otro sabor a todo. Adoro todas y cada una de las ciudades, y disfruto del espacio que se puede ver. Me da igual que al bolígrafo se le acabe la tinta, no necesito escribir nada porque lo tengo todo en mi cabeza y no se me olvida. No necesito ponerme esos jerséis que pican, y si me los pongo, me los sueles quitar con rapidez. Las almendritas de los helados, son para mí un amargor divino que me hace falta entre tanta dulzura y los zumos de naranja agrios, más de lo mismo. Por eso cree todo esto que te digo. Son muchas cosas las que odio, y una sola que me encanta que hace que todo lo odiado me parezca perfecto. Así que si el problema es mi carácter, tú eres mi única solución.
Me miró con los ojos muy abiertos, y verdaderamente sorprendida. Conociéndola, me supuse que nadie se había atrevido a hablarle así en la vida. Me pidió que me fuera y me acompañó hasta la puerta sin hablar. Salí lentamente sin mirar atrás y dio un portazo a mi espalda. Llamé al ascensor y entré. Si antes me había dado la sensación de que estaba ascendiendo a un territorio divino, ahora tenía otra completamente distinta que se parecía más bien a “he estado llamando a las puertas del cielo, y no ha querido abrirme ni Dios”.
Aeram01 de julio de 2011

2 Comentarios

  • Badgirl

    Muy bueno... impactante :| para ser el primer capitulo !. Espero con ansias los siguientes :)

    02/07/11 01:07

  • Asun

    Me ha gustado y voy a leer los siguientes, pero lo del experimento no me atrae mucho la verdad me da un poco de yuyu.

    Saludos.

    02/07/11 11:07

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