3. La Huida de Rayan

Cuando rayan vio que había perdido a la princesa, no le quedaba mas que luchar con Aron, si embargo sentía que había tenido un rotundo fracaso, el siempre conseguía lo que quería y ahora se encontraba ahí luchando con un patético ángel, eso lo había hecho enojar realmente, provocando que sus ojos se volvieran de un negro intenso. Entonces se arrojo con una fuerza y rapidez sobrenatural cayendo encima de Aron.
- Ahora mismo me vas a decir a donde llevaron a la princesa- dijo el demonio
- Ja! Admítelo Rayan te hemos ganado la batalla, jamás le encontraras- respondió Aron
- Mmm ya veremos si no- contesto Rayan. Mientras se ponía de pie y lanzaba a Aron contra un árbol. Aron realmente adolorido trato de ponerse en pie, cuando por fin lo consiguió, de sus costados salieron dos hermosas alas, de un blanco brillante, y que se miraban realmente suaves y se elevo por los cielos buscando a Rayan, no podía dejarlo escapar y cuando por fin lo encontró se dejo caer, ahora cayendo el encima de Rayan y así comenzó una serie de golpes y patadas, la lucha estaba reñida, no se podía ver quien iba ganando y mientras Aron lanzaba al piso al demonio, a este se le ocurrió un plan, de sus manos salió un rayo rojo dándole de golpe en el estomago a Aron mandándolo a volar y dejándolo sumamente lastimado sin poder moverse.
- Yo no encontrare a la princesa, tu me la entregaras- dijo Rayan y después se fue desapareciendo entre la negrura de la noche.

Aron no sabia que hacer, ni si quiera podía pensar, el dolor que le había dejado era insoportable, sus alas estaban demasiado lastimadas y de sus labios corría un hilo de sangre no podía moverse y estaba apunto de quedarse inconsciente, cuando de pronto recordó, que estaba tirado en una calle donde cualquier humano podría verlo así que puso toda la fuerza que le quedaba para esconder sus alas. Después de un rato fue recuperando la movilidad y logro ponerse en pie, y se dirigía a la casa de Ayneli donde seguramente estaría con Mery.

Al otro lado de la ciudad se encontraba corriendo a una gran velocidad Rayan, hasta que se detuvo en la estación de trenes, estúpido Aron pero ya me las pagaras cuando tenga a Clarissa en mis manos.
- Se le ofrece algo joven?- pregunto el señor que vendía los boletos atrayendo a rallan a la realidad y volteando su mirada a un rostro redondo y alegre, con algunas arrugas marcadas por la edad, y cabello plateado y corto, de complexión delgada.
- Si, un boleto a Ambe, por favor- pido el hermoso ser.
Cuando el amable señor le entrego el boleto a Ryan, este se dispuso a abordar el tren, era de color rojo e impresionantemente grande, sus compartimientos eran muy espaciosos y cómodos. Afortunadamente no le había tocado compartirlo con nadie, ya que estaba habría sido demasiado incomodo, se sentó en el lado derecho, observando el paisaje que tenia enfrente, era un pequeño bosque que se veía muy tranquilo y con sus arboles repletos de flores y un hermoso color verde Demasiado alegre para mi gusto, pensó Ryan. Llevaba una pequeña maleta donde llevaba un cambio de ropa, la que tenia puesta había quedado hecha un desastre por la pelea que había tenido con el ángel, de su maleta saco unos pantalones de mezqulilla y una playera tipo polo en color negra que hacia un maravilloso con su piel pálida, haciéndolo lucir realmente atractivo, su cabello negro estaba bien peinado con algunos mechones cayéndole en su frente, cuando no estaba preocupado, o enojado sus ojos lucían de un color gris brillante, sumándole puntos a su atractivo rostro. Estaba apunto de quedarse dormido cuando sintió una fuerte corriente de aire, suspiro sabiendo lo que significaba y abrió sus ojos lentamente dándole la bienvenida a la figura de una mujer que yacía sentada justo enfrente de el observándolo burlonamente. Era delgada y alta, tenia un largo y hermoso extremadamente liso cabello negro, que parecía una finísima tela hecha de ónix puro, unos grandes ojos rojos adornados con abundantes pestañas.
- Ryan- dijo la mujer entre risas
- Anaisa- contesto con burla el demonio
- ¡No me llames así! Mi nombre es Arabelle- contesto molestamente la mujer
- Jajaja, da lo mismo aquí tu nombre es Anaisa- le dijo Ryan riendo con mas fuerza
Arabelle enfurecida, decidió cambiar el tema- así que le pateaste el trasero a ese estúpido ángel
- Así es, por su culpa perdí a la tal princesa esa- bufo Ryan
- En cuanto vi que ninguno de los tres se presento a clases supuse que tu tendrías algo que ver y me apresure a casa de Ayneli
- Mmm ¿ahí la llevaron?- contesto confundido
- Lo se, demasiado estúpido y ¿ a que vas a Ambe?- lo cuestiono
- ¿ no te lo imaginas?- contesto Ryan
- Clarissa, ella ¿Qué tiene que ver en todo esto?- dijo confundida Arabelle
- Veremos si los ángeles aceptan un cambio- rio Ryan
- En fin me voy tengo que volver con ese trió- dijo Arabelle mientras se volvía hacia la ventana pensativa, después se giro, encarando a Ryan y sus ojos ahora eran de color verde- has luego Ry- concluyo
- Hasta luego ‘Ani’- se burlo y cerro sus ojos mientras escuchaba el gruñido molesto de Arabelle.

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