Mi único Dios es la soledad.
Llevo siglos postrada en una cama sucia. Me sobran las piernas, aunque de todas formas dudo de que
aún me sostengan. Me sobran los ojos, que ya conocen de memoria los p...
Dejadme morir joven
cuando aún oiga y vea y sienta bien,
el yugo de lo sucio me atormenta.
Estriado, caÃdo, putrefacto.
La mente envejece
a ritmo lento
un blando y candente
trote de caballo.
...
Sofi decidió que, aquella noche, iba a dormir con el peluche más grande que tuviera. Sus ojos de
almendra se mantenÃan de lo más brillantes y su nariz y sus mejillas, todavÃa algo encendidas. Se
habÃa...
Aquel cielo guardaba más luces de las que yo jamás habÃa visto.
Aquel cielo me dio la vida.
AquÃ, no hay más que caras negras.
No quiero más caras negras.
SonrÃo al recuperar la imagen de una...
Mi único Dios es la soledad.
Llevo siglos postrada en una cama sucia. Me sobran las piernas, aunque de todas formas dudo de que
aún me sostengan. Me sobran los ojos, que ya conocen de memoria los p...
Sofi decidió que, aquella noche, iba a dormir con el peluche más grande que tuviera. Sus ojos de
almendra se mantenÃan de lo más brillantes y su nariz y sus mejillas, todavÃa algo encendidas. Se
habÃa...
La fauna del bosque despierta al
nacer el dÃa.
Trescientos pares de ojos de cristal
alzan sus vidas al Sol ardiente
que ilumina las olas y la arena
y rompe el silencio
de los árboles. No te as...
Hormigas. Hormigas que atraviesan los bajos del Seat azul, que van de rueda a rueda como si de un
puente subterráneo se tratara. Hormigas. Hormigas que recogen todo cuanto pueden y lo dejan a buen
res...
Apenas hemos cumplido los veinte años de edad, y el tiempo todavÃa juega a nuestro favor. Un coche a
ciento ochenta en una recta nocturna, un grito de locura en una discoteca, una carrera a ciegas s...