Como pasa la vida cuando Dios calla
la gente, la bulla es como siempre
en realidad nada cambia.

Sale el sol llega la noche
y al final del día estamos allí
respirando pero no viviendo
corazones que laten
sin sentimientos.

Amanece y con el amanecer una plegaria,
pasamos la tarde esperando
pero Dios otra vez calla.

Seguimos caminando con el alma en un hilo
mirando los carros pasar
o las risas de los niños,
nada es nuestro en realidad
todo a Él le pertenece,
somos lo que somos por su voluntad
y sin el nada más crece.

Llega la hora de la oración nocturna,
desesperados clamores y súplicas.

La fe que es tan débil flaquea
como también las piernas
de los que en Dios esperan.

Noches sin sueño y madrugadas de terror,
es tan poca cosa el hombre
lejos de su creador,
horas sin fin esperando respuesta
la necesidad apremia
y la soledad flagela.

Hasta que viene la impertinente pregunta
¿Hasta cuando he de esperarte mi Señor?
Se apodera de nosotros la angustia
por ese silencio ensordecedor.

Es entonces cuando El nos habla,
en el silencio,
sigue esperando paciente, dice:
esfuérzate y se valiente
que mejores cosas tengo yo pensadas
de las que tú tienes para ti.

Agachamos la cabeza
y recibimos su bendición,
con nuevas fuerzas empezaremos
a caminar bajo su mirada
y es que a veces no entendemos
que nuestro Dios nunca calla.

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3 Comentarios

• 

  Gentio

  Pero por supuesto que si. He ahi la lucha.
  Lindo poema, un saludo.

  14/06/12 02:06

• 

  Ricardodp

  Aportaré esto: La visión de Dios es desde la eternidad, pero el hombre vive inmerso en la temporalidad. Así como tú dejas que tu hijo se tropiece y caiga para que aprenda a caminar para el resto de su vida, así Dios deja que vivas y enfrentes tus problemas porque el fin de la temporalidad es que te prepares para tu inmortalidad. Bonito escrito, con una imagen teologal inmensa e inagotable. Todos en algún momento deberemos enfrentar el Silencio de Dios en la Travesía del Desierto. Eso es lo que nos permite crecer.

  14/06/12 05:06

• 

  Elmalevolico

  Recordé una parábola:
  
  Un señor que fue a la barbería, estaba leyendo la biblia en silencio mientras el barbero hacía su trabajo. Al terminar de atenderle, el señor se puso de pie y antes de que partiera el barbero le dijo: Dios no existe.
  
  El señor no protestó ni hizo comentario alguno, simplemente se dio la vuelta y salió de la barbería, pero justo al salir de ella, se encontró con un muchacho de cabellera y barba muy largas y desarregladas; entonces el señor le pidió al joven que le acompañara por un momento y ambos regresaron a la barbería.
  
  Una vez dentro, el señor le dijo al barbero mientras señalaba al joven: Los barberos no existen, sino porque este joven está así. Entonces el barbero le explico: Pues es que yo ya lo hubiera arreglado si el quisiera, pero sin o se acerca como lo voy a hacer.
  
  El señor le dijo: Eso mismo es lo que yo digo.
  
  Muy bueno tu texto, saludos!!!

  17/06/12 11:06