Tú, eres como Adán sin Eva, como el frío sin calor, como el fracaso sin esperanza, como inteligencia sin razón.
Tú, olvidas lo que eres cuando casi no eres nada y reniegas el valor.
Tú, valiente cobarde que buscas en la almohada el calor de un amor que nunca existió.
Tú, complejo de Edipo dispuesto a demostrar tu absurda opinión.
Tú, principiante, novato, pequeño ladrón de ideas propias de un trovador.
Tú, injustificado amante de lo propio y ajeno.
Tú, solitario bufón de escenario inmenso.
Tú, desorden cronológico de amo y miento.
Tú, pájaro libre enjaulado en la inmensidad del cielo.
Tú, irreconocible recuerdo de quiero-puedo.
Tú, soñador sin sueño, cantante mudo, guitarra sin alma...
