TusTextos

Aliento



Vine del norte
para escuchar falacias
seducidas por la integridad
de tus ardores.

Visité Berlín con granizada
de no “volveré a dejar sueltos
los remordimientos”;
concreté un sonido gutural
ante las puertas de una vida pendiente,
sostuve entre mis manos estremecidas
un vientre tan plano
como una distorsión de hambre
y arenas movidas por el hilo
de la indulgencia.

Dormí con vagabundos
y reyes destronados,
comí el pan rancio de la pena,
puse mi cabeza sobre el sol de mayo,
aguanté la última estocada del sinsentido
y concluí verme sostenido por lemas
de un mundo conciso.

Vine del norte
cuando el cuerpo yacía tumbado
al lado de un aliento escuálido,
aliento digno de ser rondado
y agasajado.
Alexandervortice12 de agosto de 2013

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