Nochevieja Meteórica
A mí el fin de los tiempos sé que me pillará viviendo o, en todo caso, fumando. Desde hace un año el ser humano tendría que estar padeciendo todo tipo de angustias a causa de aquella mal llamada profecía maya que nos aseguraba que el apocalipsis llegaría nada menos que el 21 de diciembre del año 2012. Al final nada de nada. Nos tuvimos que conformar con nuestras rutinarias vidas, paradójicas en todo caso, apenadas a veces- por falta de zombis, asteroides o cuatro jinetes malhumorados y con poca paciencia que nos dijesen a base de tonos de trompetas mal sonantes "hasta aquí ha llegado la tontería".
Ahora científicos rusos afirman que los restos del cometa ISON, conocido también como "el cometa del siglo", podrían caer sobre nuestro planeta el próximo 31 de diciembre. Este cometa se destruyó el pasado 28 de noviembre al tener la osadía de acercarse al sol, y sus restos no tendrían mejor cosa que hacer que empotrarse contra la Tierra, cual regalo sorpresa
esa misma Tierra en la cual habitamos o simplemente existimos por existir.
Según el portavoz del Observatorio Astronómico Púlkovo en San Petersburgo, Serguéi Smirnov, "la Nochevieja, y también el periodo desde el 2 hasta el 4 de enero de 2014, podríamos esperar una gran intensificación de la actividad meteórica. Pueden ser llamaradas brillantes en el cielo causadas por numerosos meteoros diminutos, por su combustión al entrar en la atmósfera de la Tierra o hasta un fenómeno más espectacular como una lluvia de meteoros".
Ya les digo yo que la cosa quedará en nada. Como mucho los restos le darán un toque bastante fabuloso -y hasta espiritual- al firmamento, y poco más. Esto no quita que ya bastantes amigos de la conspiración y los finales catastróficos estén asegurando en las redes sociales que la verdad se está tapando deliberadamente por parte de los gobiernos y que la próxima Nochevieja será la definitiva. La verdad tapada vendría siendo que nos vamos al tacho, que la cosa se acaba, que no hay más barra libre por hoy
Y lo cierto es que nunca he llegado a entender esa ansia que tienen algunos por profetizar el fin, por narrar una serie de acontecimientos totalmente funestos que hagan que la raza humana desaparezca de una vez por todas de la faz de la Tierra.
Pudiera ser que preferimos que nos echen de casa antes de tener que hacer la colada. Es mejor delegar responsabilidades en lo que se nos escapa para así lavarnos las manos y decir que con nosotros no iba la cosa. El ser humano ha ansiado desde siempre un final espectacular, con fuego y a lo loco. Pero el caso es que yo considero que nuestro final será bastantes más humilde: un soplo hediondo y trivial que nos hará ver que pudimos ser mucho más de lo que fuimos, mientras la última palada del enterrador cae sobre nuestro féretro, a modo de finiquito existencial o aviso para navegantes que ya no pueden poner rumbo a sus vidas.
