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Presente Continuo


Sucede que poco antes de toda gran revolución los egos se van transformando en nubarrones individuales que, calladamente, se instalan en la conciencia colectiva. Así pues, no es malo considerarse derrotado hasta el punto de llegar a sentir como la bilis te sale por los orificios de las orejas. Tampoco es malo profesar una sensación prematura de la muerte, no es malo concretar una fecha que nunca llegará, e idealizar nombres y pronombres dentro y fuera de nuestro “yo” interior. Abstraerse no está de más cuando el mundo se va volviendo loco de remate y las panderetas suenan más fuerte de lo debido a causa de la falta de valores. Igualmente es bueno abstraerse y escribir mientras la sangre de la hipocresía recorre las avenidas de esta ciudad bautizada por los “se alquila” y los “se vende” por motivos de crisis engaña bobos: “Es ahora cuando se muestra el ensueño: retorna como si se tratase de un acontecimiento post mortem o de una alucinación que realiza contorsiones a lo largo y ancho de esta habitación adiestrada por las manos caídas de la soledad y el enfriamiento de los cuerpos que décadas atrás la anidaron con sumo reparo. Minutos antes de acostarme reconozco haber sentido el hálito gélido del pesimismo y la desazón de saberme lacrimosamente mortal. Luego, habiendo decidido dejarme arrastrar por los brazos escépticos de Morfeo, he recorrido luces de otoño cáustico y valles repletos de consuelos; incluso he recapacitado sobre el pasado y el futuro que es presente continuo, llegando a la conclusión de que tras todo lo gris y/o negro reside una luz furtiva que nos otorga fuerzas para continuar caminando, sonriendo o guiñándole el ojo izquierdo a la diosa Fortuna, al amante que está por llegar para darle sentido al aislamiento actual o al cayado que sostendrá mi envejecido cuerpo. Retorna a mí el ensueño dejando a un lado las negaciones que únicamente me provocaron dolores de cabeza y latigazos en el costado… Ha aparecido de la nada y ha conseguido que mi espíritu logre descansar en paz, más allá de todo lo establecido, lejos de las reglas profanas de los hombres que solamente ambicionan ser guiados por su roñoso egocentrismo”. Y después de escribir esto, poseído por el espíritu de la abstracción, clavo la mirada en el futuro que es presente continuo y averiguo que ya nada es tan importante como nos aseguraron en la niñez, ya que sólo aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar –e incluso a garabatear- el pasado.
Alexandervortice10 de abril de 2012

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