dibujitos a dedo, sobrecogiendo paredes de carton deditos de pieles magulladitas y caritas felices, inocentes bajo la mugre maquillandolos
tapitas de gaseosas y trocitos dobladitos de carton
aplastado por clavitos oxidados adornando el espacio
gigantes copias lugubres de ellos mismos bailando en el cielo de plastiquito y los rinconcitos retazos de madera, proyectadas por el cabito de vela siempre a punto de acabarse
con una llamita travisa de humor negro
pequeña, de aureola verdosa en miles de hilitos de luz sosteniendola y humedeciendo las miradas fijas es mas el llanto de algun demonio hermoso, una sola lagrima de la injusticia trmulando en medio de su hogar, severa, triste, lagrimita muerta de frio quemandose a lo bonzo de los ojos melancolicos del ahmbre que nunca se ausenta
el alcohol que mato en silencio al padre
furiosos nudillos amarillos de sus hijos apretando fuerte los dedos entre las manitos
la maldita miseria sin regreso esa marca indeseable e hiriente
la herida feroz del egoismo ajeno, de la maldad terrenal de la cual estan exentos de toda culpa,
de la cual deben sufrir todos sus segundos, completitos y lentamente.
las marcas del trabajo en el rostro maternal,
el pelo deslavado y las manos a punto de caerseles en los pies cansados.
forjan una profundidad
escabrosa en las nueve almas de ese pequeñito espacio
azotado por laceguera de todos los demasavalado por las conveniencias y la displiscencia
sustentado por el estado de derecho el libremercado nuestra constitucion .
iluminado por el ultimo suspiro de una llama que esta a punto de dejarse ahogar por la cera
hastiada de angustias.
al apagarse nueve ojos marchitos aprovechan para inundarse los ojos.
