Somos testigos de ellas cada día, en nuestra burda rutina, en nuestros quehaceres diarios, pero ¿Sabemos realmente como repercuten estas en nuestra personalidad?
¿De donde emerge una discusion? Habitualmente de opiniones enfrentadas, pero ¿Porque no se erradica en el preciso instante en el que ambos vandos enfrentados exponen su aparentemente enfrentado punto de vista? Por la necesidad de imponer el propio al oponente o ¿Quiza la incomprensión del argumento contrario? Pero ¿Acaso no ha de tener ese discurso cierta relevancia para crear este diálogo en ocasiones expresado en forma de irritantes voces una por encima de la otra? Somos incapaces de buscar el sentido del argumento contrario, ni tan siquiera paramos a reflexionar sobre su posible relevancia, si no que tan nuestra atención solo esta enfocada a imponer el nuestro propio a defenderlo, aunque en ocasiones se antoje imposible, ¿No creen que si cada uno de ustedes intentara ver la mayor o menor relevancia de su contrincate esta erradicaria en cuestión de segundos?
Como siempre la comprensión brilla por su ausencia en esta sociedad en la que cada miembro lucha por su trofeo a pesar de que esto conlleve el hundimiento de sus semejantes
