TusTextos

Pensando En Voz Alta.

Yo nací en la época de las abundancias, esas abundancias que no se notaban pero que hoy en retrospectiva, sí que eran abundantes.
Había comida, familia, tiempo y hasta naturaleza para que nosotros los niños más inquietos saliéramos a matar pajaritos sin preocuparnos o ser conscientes de lo que le hacíamos a la naturaleza.
Había tiempo para volver de la escuela tomar la leche de la tarde y salir a la calle a encontrase con los amigos de la cuadra. Con ellos el tiempo no tenía reloj, ya fuera que se corría sin cesar atrás de una pelota o que nos poníamos los cascos de plástico como los de los soldados, que eran nuestros héroes, y salir a cazar bichos peludos por los árboles del barrio.
En mi casa, que era de clase media con trabajos estatales y magros ingresos nos ajustábamos a un presupuesto que a través de los años se fue achicando pero que en nuestro infantilismo no producía traumas ni despertares hacia la realidad de circunstancias que cambiaban.
Había comida con sentido de compartir, era así que un pollo, que en aquél entonces era un lujo, se comía entre cinco o seis personas. O los pollos de antes eran gigantes o nos llenábamos con el acompañamiento de otros alimentos y de los seres que nos rodeaban.
También había esa cosa rara que muchos de los niños de hoy día no conocen y que es el sentimiento de familia.
Uno tenía madre y padre, aunque el mío se había ido de casa, estaba ahí. Tenía abuelos con los que almorzaba todos los sábados y lo hice casi hasta que fui un hombre. Tradición que odiaba y hoy lloro por no tener…
También había tíos, tías y otros tantos integrantes de la familia. Algunos sin lazos más que los que se produjeron al venir en un mismo barco desde Europa y de asentarse en un mismo barrio. Fue así que tuve muchas primas que no eran nada pero que eran mucho y en cierta forma me acompañan hasta hoy día.
Hoy que hay más cosas materiales, vivo en mi propia casa, manejo mi propio auto (en mi casa no hubo auto durante mi niñez) y hasta tomo vacaciones en destinos fuera de fronteras.
Pero no hay amigos, ni barrio, ni tiempo para ir a pescar ni saltar a las frías aguas del mar a la primera hora de la mañana con la excusa de sacar mejillones de las piedras para usar de carnada.
El día se me va minuto a minuto sentado frente a la pantalla de una o varias computadoras, o sorteando papeles que a un u otro momento del mes me supondrán ingresos para seguir alimentando el mismo estilo de vida que me consume.
¿Será que el mundo cambió tanto en los últimos cincuenta años o que me queda poco y me estoy volviendo nostálgico?
¿Será que inventamos máquinas para hacernos la vida más fácil, ayudarnos y ellas nos están comiendo la humanidad de a poco?
No lo sé y nunca lo sabré pero de las pocas cosas que ponen hoy día una sonrisa en mi cara son los recuerdos de aquél niño que corría por la arena al amanecer en dirección a las piedras con una caña, un hilo, un anzuelo y grandes sueños de robarle al agua sus esquivas criaturas.

Almar9179128 de julio de 2008

2 Comentarios

  • Mejorana

    ?Te acuerdas de la pel?cula Tiempos Modernos de chaplin?
    Pues eso Almar.
    Alguien dijo que nuestra Patria es nuestra infancia.
    Bienvenido Almar.

    28/07/08 10:07

  • Dama

    Los ni?os de aquella ?poca so?amos todos con lo mismo
    Bienvenido y un abrazo Almar

    29/07/08 09:07

Más de Almar91791

Chat