Y Ahí Estaba Ella (deja-vu)
"Vale la pena?",...
Era la pregunta obligada de cada noche, era el último pensamiento que rondaba mi cabeza, y casi siempre la respuesta era "si",... a secas, sin nada que agregar, sin nada que discutir, en otras tantas el sueño me vencía antes de poder responder.
Podría decir que cada día que pasaba me enamoraba más de ella, no era una cosa difícil de hacer, ella era simplemente perfecta, y la manera en que su miraba se iluminaba con sus alumnos de preescolar era maravilloso, como cada mínimo momento con ella pareciera eterno y al mismo tiempo el miedo que me provocaba pensar en perderle.
Todo iba bien en mi vida, como hacía mucho tiempo no pasaba, tenía un mes saliendo con Anna, cada semana me acomodaba mejor en mi trabajo, e inclusive no me importaba estar exiliado de mi familia,...
"Como si los necesitara",... Siempre que los recordaba me lo repetía.
Un martes al despertar algo parecía no estar bien, tuve esa sensación toda la mañana hasta por fin encontrarme con ella, como de costumbre un abrazo y un beso, a veces en ese orden, en otras al revés, en realidad no importaba, era mi motivación para poder levantarme cada mañana, era el motivo de ver la luz por la ventana y olvidar un poco todo aquello que me cargaba.
"El aire se hacía delgado mientras más rápido avanzábamos, la imagen de angustia del paramédico se imprimía en mi cabeza, sabía que no estaba bien, se miraba pálida, y tenía el pulso débil, sus labios eran casi del color de su blusa negra y en mis manos aún tenían su sangre, podía sentir que todo daba vueltas y mi corazón al igual que el de ella se detenía,...."
Tenía tiempo soñando lo mismo, y no podía soportar revivirlo cada noche, de alguna manera me era tan real, tan nítido,... a pesar de contarle todo, mis sueños en donde ella salía lastimada eran un tema que evitaba, en ocasiones era una ambulancia, en otras el tren en que viajábamos, el lugar casi nunca se repetía, pero la escena, su sangre en mis manos y el miedo que me invadía, ellos siempre aparecían.
Saldríamos de viaje por primera vez juntos, o por lo menos esta vez no sería en nuestro subconsciente, decidimos que lo mejor sería ir al bosque y rentar una cabaña, era curioso que ambos hubiéramos soñado lo mismo, quizás era una señal, teníamos que ir y averiguarlo, inclusive el clima era nuestro cómplice, era pleno diciembre y había nevado hacia un par de días, todo un deja-vu,...estando ella a mi lado, el futuro no importaba.
