Y Ahí Estaba Ella (desde El Cielo)

Cuando nuestras manos se encuentran la miseria y dolor huyen despavoridos, porque eres tú a quien había esperado tanto, eres tú por quien a los dioses había implorado con el corazón en la mano.
Cada minuto que pasaba me era eterno, era la segunda vez que me subía a un avión, y podía sentir las náuseas aún más intensas que en el primer vuelo que tomamos, y un nerviosismo espantoso,

-Tranquilo, no pasa nada, es muy improbable que un avión caiga del cielo,-

Dijo ella, y no le era difícil saberlo, ella había viajado desde niña había viajado por todo el mundo con su padre, que a lo que recuerdo era músico, y se la pasaba de país en país tocando el piano con toda orquesta que lo invitara.

Había algo en el ambiente que no me gustaba, en el viaje de ida no había sentido tanto nerviosismo, quizás si después del despeje dormía todo se tranquilizara un poco.

Caíamos y el grito desesperado de los demás pasajeros me había despertado, todo estaba oscuro y solo podía ver sombras, Sombras y muchos gritos de desesperación, podía sentir como se me escapaba el aire, mi vida pasaba frente a mi como relámpago, no podía creerlo, mi mayor miedo se hacía realidad.

Desperté de golpe, aun sentado en la fila 14 del avión, Anna aun dormía, y el bebe de la fila de enfrente lloraba inconsolable, aún quedaban un par de horas más de vuelo, pero me fue imposible dormir.
Eran justamente las 13:00 horas cuando nuestro avión arribo, y por fin pude sentir tranquilidad.

-Llegamos! sanos y salvos, y tu diciendo que caeríamos del cielo,
Lo que ella no sabía era que para mí ella si había caído justo del cielo, cuando más la necesitaba.

Era nuestra primera noche de regreso a departamento, lo que yo antes consideraba mi guarida y ahora era nuestro espacio y nuestro hogar.
En verdad que era una persona feliz por primera vez en mucho tiempo, podía decir que lo tenía todo, un trabajo estable, salud y una novia formidable, que no se había enamorado del Médico, si no del torpe y tímido humano detrás de la bata blanca.