TusTextos

Olvido.

Hay recuerdos que deberían de hacer la maleta.
Y maletas que deberían de guardar todo menos recuerdos.

No se muy bien si me explico,
no es que hable del destino,
lo hago más bien del viaje,
con la sinceridad que supone dejar de ser cobarde.

Vino a por mi disfrazado de acierto
y te juro que no lo entendí.
¿Acaso tú si?

Le miré con detenimiento,
con la pausa que deja siempre una derrota,
como si fuesen los ojos el espejo de un alma
que se ha declarado prófuga
de todo lo que tiene que ver contigo.

‘’No quiero verte. ‘’

Y sonrió.
Hay quienes no necesitan invitación.

No había gracia en sus gestos,
ni falda de lunares con la que resguardar
todos los intentos de mostrar algo de talento.
Estaba vacío,
como un aeropuerto cerrado,
como el mar en Noviembre,
como un calendario sin hojas
o una cama sin orgasmos.

No se llamaba como él y sin embargo,
me dolía de la misma forma,
como cientos de promesas
puestas estratégicamente en el corazón,
colándose por sus arterias
y contaminando la sangre
con la misma habilidad que una droga de diseño.

Vivir de recuerdos tiene un precio tan alto
como vivir sin ellos,
los primeros pagan con nostalgia,
los segundos, con ausencia.

Y luego están los terceros,
aquellos a los que un momento del pasado,
se les vuelve ancla
y los detiene en mitad de un océano bravo,
que arrastra con fuerza
un sinfín de lugares, de sonrisas, de canciones y poemas,
paralizando el barco del presente y sin tierra a la vista;
sin orilla desde la que no se vislumbre la tormenta.

No hay ni una sola esperanza que te haga de faro.

‘’Sabes que ha llegado el momento.
Me has usado en tus escritos.
Me has escondido entre carpetas.
Me has hecho letras,
incluso te has acostado conmigo
dando vueltas en tu destino.
Me dijiste que esperara, que fuese paciente,
y lo he sido.
Ahora necesito el alimento que suponen tus recuerdos,
de la misma forma que el político se alimenta de dinero.''

''Déjame que le piense una vez más.’’
Asintió.

Y allí estabas tú,
en medio de aquella tregua
que me había dado Olvido,
con esa costumbre que tenía el cielo más bonito del mundo
de amanecer en ti todos los domingos de Enero.
La incertidumbre en las pecas de mi nariz
y la distancia en la suela de tus zapatos,
con esa preocupación que suponen siempre los kilómetros
que no te permiten saber si van a olvidarte o a echarte de menos.

Te recordé hecho calendario,
cuando tu rutina me subía la falda de los días
dejando al descubierto las ansias de mis piernas
por volverte a conocer.

En un bar de carretera.
En un hostal sin estrellas.
En un striptease sin público.

Y tus mentiras, claro,
porque es muy fácil que te mientan
cuando lo que temes es la verdad;
la verdad en otra cama, en otro escote, en otros labios.

Con ese arte que tenías para coleccionarlas.
Con ese don que tenía para creérmelas.

Tal vez sea el recordarte
la forma de apartarme del camino que supone el olvido.

Abrí los ojos, con la certeza de que seguiría allí.

Ladeó la boca en un intento de sonrisa,
y me robó,
como roba el invierno las hojas a los árboles,
casi por costumbre,
los mil motivos que tenía para seguir a tu vera.

Que no hay nada que dure cien años
si se pasea Olvido con sus caprichos hechos lunares
y la tentación en el escote.

Y tiene buena memoria,
así que cuando creas que le has despistado,
recuerda que es compasivo,
y que todo desvío es solo una tregua que ha decidido darte.

Quizás por eso escribo
porque es el único lugar que le tienen prohibido.
Amparoiglesias08 de agosto de 2014

12 Comentarios

  • Lumino

    El olvido es la enfermería de una enfermedad crónica; de una enfermedad que no se cura...

    08/08/14 01:08

  • Amparoiglesias

    No seríamos nada si el olvido pudieses de verdad borrarnos lo vivido...todos los días olvidaremos porque somos quienes somos...y como dice la última frase, por si eso pasa, yo escribo, para poder recordarme a mi misma quien soy y porqué, es el único lugar que le tienen vetado.

    Estamos a salvo! jajaja

    Amparo.

    08/08/14 02:08

  • Orzada

    Olvidar no es tan difícil; yo lo hago todos los días.

    Amparo, voy a buscar nuevos adjetivos, que nos vaciaste la carpeta de tanto usarlos contigo. Pero compensa lo que nos dejas a cambio. : )

    Sabes, da la sensación de que escribes con la facilidad de lo innato; como esas personas que se contorsionan sin hacer ni una mueca de esfuerzo. Mientras, los demás,boquiabiertos, padecen de agujetas de sólo verlo.
    Suenas fresca, joven, natural. A gloria.


    08/08/14 02:08

  • Amparoiglesias

    Muchísimas gracias Orzada, porque siempre, al igual que con tus poemas, encuentras las palabras justas para darme aliento en cantidades industriales.
    Escribo desde siempre, y la verdad es que más que un hobbie, es una necesidad, algo terapéutico... El día que no lo hago, me voy a la cama con la sensación de no haber deshecho el nudo...

    Más y más y más gracias! Siempre es infinitamente mejor y mayor que un placer.

    Amparo.

    08/08/14 04:08

  • Libelula

    Hay una canción que dice
    Al olvido invito yo.
    Cada día nos sorprendes más y más y para bien.
    Abrazo

    08/08/14 05:08

  • Amparoiglesias

    Ay! Esa canción es fabulosa! De Alejandro Sanz
    Me alegra mucho que aún a pesar de que ya has leído algunas cosas mías, te sigan de alguna forma sorprendiendo mis letras... Si supieses lo que me sorprenden a mi las tuyas....

    Gracias Libélula!

    Amparo.

    08/08/14 08:08

  • Luia

    " Que no hay nada que dure cien años
    si se pasea Olvido con sus caprichos hechos lunares
    y la tentación en el escote.

    Y tiene buena memoria,
    así que cuando creas que le has despistado,
    recuerda que es compasivo,
    y que todo desvío es solo una tregua que ha decidido darte."

    Don Olvido y su prodigiosa memoria...
    Muy buena composición, Amparo.

    Muchos cariños
    Lu

    08/08/14 08:08

  • Voltereta

    Los recuerdos son el lugar donde malviven los que no nos importan, porque los que importan los llevamos en el corazón.

    El recuerdo es un terreno de aguas movedizas, donde desaparecen los que intentaron llegar a ser, pero en realidad no lo consiguieron. El amor no existe, existen los amantes, como no existe dios, existen los creyentes.

    Somos funambulistas trabajando sin red, en la cuerda floja y a veces nos tenemos que agarrar a cualquier cosa para no caer. Es bueno llegar a comprender que el trapecista está por encima de la gravedad y del espacio entre tierra y suelo. Cuando uno está en el aire, no tiene que pensar en nada, tiene que abstraerse de todo y mirar hacia delante y creo que eso, es lo que haces tú en este poema. romper con el pasado y empezar a ser tú.

    Comparto contigo muchas de las ideas expresadas en este poema.

    Escribes de maravilla, sin duda tienes un don.

    Un placer leerte.

    Un saludo, Amparo.

    09/08/14 12:08

  • Amparoiglesias

    Si Lu, una memoria aterradoramente buena.
    Algunas veces no queremos ni verle aparecer, otras, nos encantaría su presencia...

    Muchísimas gracias, siempre es sensacional tenerte por aquí.

    Amparo.

    09/08/14 12:08

  • Amparoiglesias

    La primera frase de tu comentario Voltereta, me encantó... Si que los llevamos en el corazón, las grandes personas nunca deben de temer al olvido, siempre hay una razón para recordarles.

    Y como bien dices, no es el amor, son los amantes, y no es Dios, sino los creyentes...ningún sentimiento existiría si no hay un corazón para sentirlo.

    Muchísimas gracias Voltereta, pues por más que tú me digas que no es así, yo creo que en las letras, eres un verdadero maestro.

    Amparo.

    09/08/14 12:08

  • Ipf

    Buahhh simplemente me encanta el final. No podría haber mejor forma de cerrarlo todo:"Quizás por eso escribo porque es el único lugar que le tienen prohibido"

    12/08/14 12:08

  • Amparoiglesias

    Ay muchísimas gracias IPF, me alegra mucho que te guste!
    Amparo.

    12/08/14 01:08

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