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Infancia Irrecuperable

Medianoche, la niebla quiere hacerse conmigo y creo que por hoy voy a dejarle, que me lleve lejos de esta tierra deshumanizada que me vigila. Cada farola tiene su luz, unas ya piden un relevo, pues como yo ya están cansadas de la soledad y separación entre las de su especie. Su tenue luz me lo hace saber, lástima no tener esa luz que les haga saber, o quizás exista y ya la perdí.

Me había encontrado, me había encontrado de nuevo. No, no jugaba al escondite, ojalá fuera así, entonces la solución sería fácil, me escondería en mi armario sin que un frío sudor resbalara por mi espalda hasta temblar y conducirme al pánico. El juego se parecía más a aquel de policías y asesinos, en el que yo encarnaba el papel de asesino sin habérmelo ganado o pedido. Yo, como asesino que era, debía ser castigado.

Hasta aquí el recuerdo todavía no hace saltar ni una lágrima, quizás hoy ningún recuerdo pueda, o quizás un recuerdo explota una intensa noche húmeda.

Cada vez jugábamos más. Al principio era un día a la semana, después ya era mas frecuente, día sí día no. hasta que esto se convirtió en día sí día también. Incluso los días que papá aparecía por casa jugábamos dos veces al día y el castigo a pagar era peor. Afortunadamente para mí y mi salud, él no frecuentaba mucho lo que era nuestra casa, nuestro "hogar" ya perdido.
Cuando oía las duras pisadas y poco firmes en el rellano de casa seguidamente acompañado del temblor de todas las paredes sabía que ese era papá y que si me acercaba a él, desprendería el mismo y desagradable olor que los demás días. Si él ponía un pie en casa, la guerra dejada atrás días antes de reprendía y mamá siempre acababa cerrada en su habitación, la cual ya no era compartida. Otro día sin cenar, otro día sin beso de buenas noches. Otra vez sola. Y por eso prefería no verle más, nunca más. El futuro es supuestamente largo, y a la vez puede ser de dos segundos, incluso de dos milésimas, pero si solo llevas siete años encima, lo ves interminable y así asumes que no es importante pensar en las consecuencias del hoy.
Poco a poco, sin intención, en nuestras decisiones se puede leer lo que ha quedado escrito en nuestras pieles. Por eso, crecer en un lugar como en el que yo crecí te lleva a no hacer nunca lo que un día se te hizo, pero el motivo por el cual estoy hoy observando ventanas iluminadas desde un parque paseándome sola, es que te lleva a la incapacidad para querer, queriendo ser querido, sin creer en el querer. Por qué alguien tiene que querer a una persona que de niña ya no fue querida? Todos los niños son queridos, deberían ser queridos.

El último día que vi a papá, o a esa sombra que tengo por padre, sabía que sería el último, el último en un tiempo, el último como yo deseaba. Mi rabia chillaba dentro de mí que mejor si este tiempo se convertía en años, mi rabia escondía mi esperanza que el tiempo medido en años lo sanaría todo, y el padre que un día había sido volvería a por mí. Nadie nunca me volvió a tratar de princesa como solo él sabía hacer cuando todavía era él y ese mundo de olores desagradables y comportamientos violentos todavía no me lo había robado. Nadie nunca me llevó a la cama imitando ser un avión cuando caía dormida en el sofá, aunque con menos me conformaba.

Ese olor que asociaba con mi padre y su ira fue desapareciendo de mi vida, sabía que era el efecto de sentar-se solitariamente pegado a la barra de un bar buscando una falsa felicidad momentánea que supliera la que la vida no le estaba aportando, o la felicidad que él nunca distinguió hasta que se volvió irrecuperable. Trago tras trago, adiós tras adiós, cada copa sentenciaba la vida de mi padre, la vida de mi madre, acababa con mi infancia. Y las noches contemplando las estrellas se transformaban en noches de brujas, como la de hoy, que cegaban cualquier posibilidad de encontrarme con una estrella fugaz a la cual pedir una cosa tan simple como la que tenían todos mis compañeros, que pedían tener más deseos para poder cubrir su sed e juguetes, una familia que no me hiciera sentir un problema más de los suyos, de adultos, como un recibo en el banco no pagado.
Andrea9727 de mayo de 2015

1 Recomendaciones

2 Comentarios

  • Polaris

    Me ha impresionado tu relato tanto, que me he visto en la obligación de leer parte de tus textos, y al acabar, me he sentido cautivado por la persona que hay detrás de todas las frases.

    Soy miembro de esta pagina desde su fundación y he leído miles de textos aquí, debo decir que los tuyos son conmovedores, te zarandean, uno no puede quedar indiferente y yo no puedo hacerlo.

    Te brindo mi ayuda, si te hace falta algo, aquí estoy, creo que personas como tú, hacen que este mundo funcione y no sea una selva de animales.

    Te doy las gracias, porque me has dado una lección moral increíble.


    Un saludo.


    Pol.

    28/05/15 01:05

  • Andrea97

    Muchas gracias, siempre leo todos tus textos y poemas y me enorgullece mucho que hayas dedicado tiempo a los míos y encima escribas este comentario tan bonito. Muchas gracias.
    Un saludo!

    29/05/15 12:05

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