He aprendido que hay amores fugaces que duran toda una vida y amores eternos que duran solamente una noche.
He aprendido que quien lo quiere, lo puede, lo sigue, lo logra y lo consigue. Que el "nunca jamás" nunca se cumple, y el "para siempre" siempre termina. Que los grandes amigos pueden convertirse en grandes desconocidos y un desconocido alguien inseparable.
Que el sentir dolor es inevitable, pero el sufrir es opcional. Que si quieres ver a una persona, búscala, quizás mañana sea tarde.
Que el que no arriesga, no gana y el que arriesga no pierde nada. Que no hay que pedir perdón por lo que se siente.
He aprendido que no sirve de nada seguir negando lo evidente. Pero sobretodo, he aprendido que aún me falta mucho por aprender.
P.D: Este texto no es mío, pero me siento identificada con el/la autor/a y creo que representa una realidad tan clara ante nuestros ojos, que merece que sea conocido y publicado.
Pues me parece estupendo que publiques algo en lo que crees aunque el texto no sea tuyo.
Lo admirable es que tengas la honradez de reconocerlo.
A mi también me ha gustado, Andrea.
Un beso de bienvenida.
