Fui con El gran espíritu
Y vi desde las cimas del occidente
La gran sima ardiendo
Y venían desde los cuatro confines
A observar semejante fenómeno
Habían allí cerca de cuarenta mil personas
Antes de que las llamas les devoraran
Cuan desgarradora fue aquella escena
Pero no pude ni escuchar
El crepitar de sus cuerpos ardiendo
Cuanto dolor traerá la sima ardiente
Hay de aquellos imprudentes
Que no guarden su distancia.