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Sonríe

Es curioso cuando te das cuenta de que eres muy joven para decir que has encontrado a la persona que es para ti, que tiene que estar en tu vida, ser tu vida. Sin embargo, es más curioso y a la vez triste cuando sabes que no sólo la has encontrado sino, que la has perdido.
Es curioso cuando miras años atrás y ves cómo eras. Ves que eras de ese tipo de gente cerrada en su mundo, que la gente cree que conoce pero que realmente sólo cuenta lo que quiere que sepan hasta que llegó la persona a la que querías contarle todo, la que conociera partes de ti que ni tú misma conoces. Hasta el punto que tenías miedo que se alejara pero te hacía feliz ver que no sólo no huía de tu lado, sino que se quedaba.
Es curioso también, el poder de la mente, es como si ella fuera la máquina del tiempo que la gente lleva siglos buscando, pero que no sabe apreciar. Está claro que no vas a volver a nacer, que no volverás con las personas perdidas ni a los momentos desaprovechados. Que no puedes vivir tu vida, levantándote cada día como si fuera el día que aprendes a montar en bici, la primera vez que consigues marcar un gol o leerte un libro entero, qué se yo, el primer abrazo de tu padre o el día que nació tu primo o tu hermana.
Pero sabes que cuando quieras siempre podrás volver y será como si estuvieras en ese lugar, en ese momento, con esas personas. Y claro que tiene su lado malo, no siempre decides cuándo haces el viaje y no te puedes quedar ahí y es ahí, cuando nuestra pequeña máquina del tiempo nos juega malas pasadas. Es en ese instante, en ese mismo instante, cuando por azar o por masoquismo, te ves inmersa en un recuerdo en el que te quieres quedar y aunque es un recuerdo feliz, deja de serlo. Y es curioso como una vez empiezas, no puedes parar.
No puedes dejar de pensar, en cómo lo conociste. Cómo antes no sabías quién era y ahora te cuesta verte a ti misma sin él a tu lado. Cómo comenzó la primera conversación, incluso de qué hablabais. La primera vez que le viste a solas. Y los meses, las fiestas, las celebraciones. La primera vez. Las demás veces. Todo. Sin embargo, es tu mente ¿no? No siempre tienes el poder pero no por eso tienes que dejar que te hunda.
Deja de martirizarte, deja de pensar en que se ha ido y da simplemente las gracias por lo que has vivido al lado de esa persona. Por todas las veces que necesitabas a alguien y ahí estaba, por las sonrisas, las cenas, los viajes, los mimos estando malos, las cosquillas, las tonterías, los besos por toda la cara, todo lo que te hizo feliz y no llores al recordarlo, sonríe. Sonríe porque nadie te lo puede quitar. Y después de sonreír, piensa que ese sentimiento volverá. Que si de verdad es la persona, porque eso se sabe y tú lo sabes volverá pero tampoco olvides que siempre nos podemos equivocar y puede que él no sea esa persona, eso sí, nunca dudes, que esa persona, llegará y será todo lo que siempre has querido.
Anitah30 de noviembre de 2016

1 Comentarios

  • Anitah

    Muchas gracias, hacía tiempo que no escribía pero lo necesitaba. Saludos.

    01/12/16 11:12

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