Te miré de reojo y tú estabas sonriendo. Siempre me han gustado los hoyuelitos que te salen al hacerlo. Los ojos se te hacen pequeños i los mofletes se te hinchan a la vez que se ponen de un tono rojizo que me encanta.
Tu mirada, clavada en sus ojos, reflejaba el deseo que sentias por besarla. Sabia que la querías, siempre lo supe. Pero yo no era capaz de apartar los ojos de aquella mirada que me quitaba noches de sueño, aún que esa nunca me mirase a mi. Por ti me subi a la cima más alta y me dejé caer sin miedo, aún que cada vez el impacto fuese peor.
Hasta que decidí alejarme. Me alejé por dejar de quererte y empezar a quererme a mi, aún sabiendo que mi corazón siempre querría volver a aquel sitio donde tantas veces lo rompiste.
Solo espero que algún día te des cuenta de todo lo que te quise, aunque sea tarde. Porque yo habre perdido muchos años de mi vida intentando olvidarte, pero tu habras perdido a alguien que lo habría dado todo por ti. Y cuando después de todo este tiempo nos volvamos a encontrar y me preguntes por que te heché de mi vida, te diré que fue fácil, yo nunca estube en la tuya.

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