Bajo un cielo encadenado fue arrebatado un infante
Una nación fraccionada entre lo horrendo y lo errante
Fría, mórbida y sutil recorriendo el pavimento
La llamada de atención de todos estos lamentos.
Alaridos desdichados se escuchan surcar las tejas
Más las botas ajustadas aplastan todas las quejas
Borbotones de silencio lentamente asesinados
Por un estado penoso que surca todos los prados.
Sus pequeñas longitudes cuelgan de entre las cadenas
Dando pequeños zarpazos con heridas en sus venas
Fue entonces Arrebatado de su inocencia adorada
Al igual que su linaje, su alma fue asesinada
Sin tener conciencia de ello ya había pasado algún tiempo
Y sus cadenas cedieron lanzando al agua su cuerpo
Supuso ser víctima del horror de su nación
Más sin embargo más tarde se dio a conocer su misión
Ejercitando las ansias de abrigarse bajo el sol
Años pasaron sin más pero su patria empeoró
Bien conocido había sido por su afición a las armas
Nueve milímetros de disgusto siempre acompañaba a rastras
El invierno al fin se alzó con un tétrico semblante
Y los pasos del muchacho caminan hacia adelante
Una veraz compañera es por fin posicionada
Pues en manos coordinadas ambiciona ser usada
Cincuenta Ligero llaman a su acompañante
Aún más pesada es la carga que conlleva él expectante
Con cada noche y lamento afuera todo es peor
Con la sonrisa de un líder motivo atroz de rencor
Las monedas centellantes suenan entre sus costuras
Mientras ninguno hace nada pero cada uno murmura.
Con un tono amenazante y la cabeza levantada
Buitres juegan con los restos de una nación destrozada.
Para recibir al líder las cámaras se preparan
Desde una obra abandonada, el niño, vistas compara.
Los reflectores se encienden y apuntan a nuestro amo
Rodeado de militares para no atender reclamos.
Dos latidos de firmeza le rodean la pupila
Mientras el cinismo reina al otro extremo de la mira.
La voz de nuestro ex líder se detiene en un instante.
El francotirador cumplió su misión, lo demás es irrelevante.
