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La Sala Oscura

Este texto lo ha escrito mi gran amigo Iñaki Malda, el único que me hace reir cuando estoy triste. Una vez más me ha sorprendido y de nuevo he vuelto a reir.

La gran sala estaba a oscuras, ¿Cuánto llevaba allí? ¿Tres? ¿Cuatro días? el olor a humedad y grasa era insoportable, si en aquel sitio hubo alguna vez ventanas, estaban ciegas desde hace mucho, creyó notar algo que le rozaba. Una rata pensó, las había sentido varias veces correr y reñir entre ellas, solo esperaba que no se le subiesen encima, sentía pánico solo de pensar lo que podían hacerle ahora que no podía moverse, pensó en gritar aunque sabía que eso también era inútil. Ni una sola lágrima, ni un grito, esa era la peor parte.

Sabía que había más como él, a su lado, en la misma situación, pero solo el ruido de una gotera a lo lejos rompía aquel silencio espeso, los notaba cerca, al lado, pero nadie decía nada. Quizás estuviesen incapacitados para hablar como él, quizás estaban muertos, no,.. No era eso, él sabía que estaban vivos, vivos y en silencio, vivos y a oscuras, rodeados de mugre y ratas, vivos y solos, abandonados. Quizás únicamente no hablasen por vergüenza.
Quería llorar, ¡¡joder, quería llorar!! Ni siquiera podía hacer eso.

¿Donde estaba ella?, ¿como podía hacerle esto? aun podía verla cuando hablaba en su presencia con aquel tipo horrible del traje barato. Lo siento señora no merece la pena, no haga un drama, usted es una persona joven, dinámica, él ya no puede seguir, es mejor así.

Aquel gilipollas la había llamado joven y dinámica, ¿Quién coño llama a alguien dinámico fuera de una teleserie? y ¿Que significaba aquello de que era mejor así? ¿Abandonarle?, ¿olvidarse de él? Era absurdamente cruel, por Dios, no estaba hablando de un animal, ¿como podía hablar con aquella ligereza? Aquello era totalmente irreal. Ella le miró, y por un segundo, solo un segundo, le pareció ver un gesto de ternura en sus ojos, cuando se lo llevaban, empujándole por aquel pasillo lleno de luces y tipos con bata. Supo que jamás volvería a verla. Luego, el ruido de una pesada puerta y la sala oscura.

Es cierto que los últimos años no había sido el mismo. Por las mañanas se encontraba fatal, le costaba un mundo despertar, tenía frío y se sentía pesado, alguna vez incluso había dejado una pequeña mancha, el no le dijo nada. Ella pareció ignorarlo.

Sus recuerdos viajaron al pasado, cuando estaban juntos, cuando todos decían que hacían una excelente pareja, cuando les gustaba ir a todas partes, a veces en verano se metían por caminos que no conocían, solo para explorar, las cosas mas insignificantes, cuando estaba con ella, eran maravillosas.

Le encantaba verla retocarse los labios en el espejo, arreglarse el pelo, canturrear con el sonido de la radio. Él simplemente la miraba y sonreía, ella parecía feliz.

La mañana del último día que estuvieron juntos estuvo muy seria, ni siquiera puso la radio, la notó triste pero había algo mas, estaba impaciente, tensa. Él la llevó al trabajo, como todas las mañanas, hicieron el trayecto en silencio, al atardecer ella volvió, él la estaba esperando, ni siquiera quiso parar en la cafetería de Ángel, como todos los días, tenía prisa, no dejaba de mirar el reloj, murmuró algo pero no se lo decía a él, prefirió no importunarla.

Ignacio le había mirado aquella mañana cuando salieron de casa, llámame cuando salgas, ¿Es hoy no?, ¿estas nerviosa?, creo que a partir de hoy no será lo mismo. Debió preguntarle que quería decir, debió haber hecho muchas cosas, pero jamás las hizo. Ignacio siempre se había portado bien con él, nunca fueron amigos, pero se respetaban. Oyó ladrar al perro, maldito bicho, siempre acababa llenándole de pelos. Decididamente nunca le gustaron los perros.

Cuando llegaron a su destino vio mucha actividad, gente arriba y abajo, una hermosa recepción, con plantas y muchos carteles, pantallas que reproducían algún mensaje, una dulzona y repugnante música de fondo, de esa que se pone para que nadie la oiga, el tipo del traje barato parecía estar esperándola, le sonreía mostrando aquellos dientes amarillos, joder, que tipo tan viscoso, pensó. Ella le escuchaba, parecía prestarle mucha atención, ¿Qué coño podía estar diciéndole el viscoso que pudiera interesarla tanto?

Luego, el pasillo, los tipos de bata, una chica se cruzó con ellos, bromearon, reían.
Nadie parecía estar dándose cuenta de lo que le estaban haciendo, nadie mostró el menor atisbo de lástima, ni una muestra de compasión. Nada. Solo aquella música horrible que se alejaba y se alejaba mientras era empujado por el pasillo. Cuando por fin dejó de oírse, no pensó que acabaría echándola de menos. Ahora tres días, tal vez cuatro, si hubiese una ventana podría ver luz y saber si era de día o de noche, no tenía hambre ni sed, solo quería llorar, pero no podía.

De repente sintió el ruido de una pesada puerta al abrirse, los que estaban a su lado no se movieron, no dijeron nada. Sintió voces, alguien se acercaba ¿es este?, espera déjame comprobarlo, joder aquí no se ve nada, ¿cuando pensaran reparar el cuadro de luces?, espera, déjame la linterna, sí, es este, no hay duda, vamos a empujarlo hasta el final, ¡Coño! ¿Que es esta mierda? me he enganchado con algo, alumbra con la linterna... ¡OH! Vaya, es el nombre, creo que se le ha caído, se está cayendo a pedazos, ¿que hago con el? ¿Con que?, con el nombre digo... ¡coño tío! ¿A quien coño le importa su nombre ahora? Vamos pónselo encima y vamos a empujarlo fuera, este sitio me da muy mal rollo, empuja y salgamos de aquí.

A medida que aquellos tipos le empujaban por la sala en medio de la oscuridad, por un segundo, por un segundo lo vio, vio su nombre brillar a la luz de una linterna, con el brillo de lo que fue en otro tiempo, y supo que todo había terminado, brilló, su nombre, brilló. Ford Fiesta XR2.

Iñaki Malda
Artalia21 de mayo de 2010

4 Comentarios

  • Mejorana

    Uffff. Menudo aprieto, tanta oscuridad y tanta rata. Sólo se trataba de un coche.
    Pero el susto no se lo quitaba nadie.
    Realmente divertido.
    Me alegro de que te haga reir Artalia.

    21/05/10 10:05

  • Danae

    Muy buenooooooooooo!!!
    Un relato sorprendente y divertido ... con un toque de humor negro ... como toda decadencia ...
    Me ha gustado muchísimo leerlo, Artalia.
    Yo también me he reído.

    01/06/10 01:06

  • Agora

    Genial!!!!
    que placer de lectura! que buenooooo!!!
    saludos!

    25/08/11 12:08

  • Artalia

    mi amigo iñaki siempre me hace reir, aunque ultimamente él tambien sufre.

    25/08/11 01:08

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