Harta. Demasiado harta. Harta de ser yo siempre la que dé más. Harta de ser yo la tonta. Harta de ser yo la rara. Vete, vete con ella. Pero a mí, déjame en paz. Desaparece de mi vida totalmente. Que ni siquiera sepa si sigues o si no viva. Me duele demasiado quererte.
Sí, me duele, y mucho. Me duele depender de ti para todo. Me duele ver que sin ti no soy nada. Me duele que con solo que no me hables un día ya sea una muerta viviente. Paso de esto, en serio. Me gustaría olvidarlo todo e intentar ser feliz sin ti.
Así que vamos a intentar poner solución a esto. Elige: Ella o yo.
Venga va, a quien quiero engañar. Tú serias la que menos perderias. Y ambas sabemos a la persona a la que elegirias. Y eso, es lo que más me duele. Que la elijas a ella. Que siquiera pueda darte a elegir porque me doleria demasiado tu elección. Llamame egoista. Pero intenta comprender que no es egoismo, me da igual compartirte con ella, solo que no quiero que ella se lo lleve todo y yo nada. Y menos porque es ella.
Así que venga. Una vez más finjiré que no pasa nada. Que no me ha dolido. Que puedes hacer lo que quieras. Porque encima la que se siente dolida con este tema eres tú.
Así que ya sabes, si es que por casualidad si te importo y lees esto recuerda: Son cosas que se dicen cuando estás dolida. Cosas sin importancia. Cosas que no merecen la pena ni hablar.
Te quiero.
