Por ese niño que se negó a que jugaras con ellos a ese juego que parecía tan divertido, sin motivo alguno. Por ese otro que se reía de ti e hizo brotar tus primeros complejos. Por esas risas de ellos, que más tarde se convertían en lágrimas tuyas sobre la almohada, sin poder contarle nada a nadie por no saber a quién. Por esa primera ilusión y a la vez incredulidad que sentiste cuando alguien se interesó por ti y demostró que le importabas. Por ese niño que jamás quiso darte tu primer beso y te hizo sentir vulnerable. Porque ese mismo niño que, años después, te rogaba uno aunque ya eras tú la que no querías. Por esas personas que te rechazaron simplemente porque tu físico no les gustaba, sin ni siquiera pararse a pensar que quizá era más importante lo que había por dentro. Porque siempre ponías una sonrisa falsa hasta que, al llegar a casa, te hundías en llantos desconsolados. Por esos insultos que te hicieron un poco más vulnerable e insegura, pero que a la larga te crearon una coraza. Por esas primeras amistades que al final resultaron ser mucho peores que una enemistad. Por esas burlas, y esas personas que nunca se pararon a pensar qué se siente desde el otro lado. Por esas veces en las que te has sentido sola y nadie se ha parado a sentarse contigo. Por ese chico que te rechazó y se rió de lo que sentías. Por ese primer amor que te ilusionó tanto y que al tiempo te hizo sentir que eras mucho menos de lo que tú creías. Por tu primera vez, ansiosa por explorar lo desconocido, hallando para tu desgracia un sentimiento de objeto de usar y tirar. Por esas veces en las que sentiste que cualquier persona era claramente mejor que tú, y esos pensamientos de que nunca llegarías a ser lo que alguien quiere (inseguridades que hoy en día sigues escondiendo por miedo). Por esas personas que te ignoraban sólo por ser diferente, como si eso fuera un problema, cuando el problema estaba en ellos mismos. Por todo eso que sólo tú sabes, que siempre has estado callando durante tanto tiempo. Por ese miedo que sentiste con encontrarte de nuevo a aquellas personas que te hicieron daño alguna vez, y aquellas veces que pensaste que la mejor forma de vencerlo era encerrándote en casa, y en ti misma. Por ese gran vacío cuando necesitaste el abrazo de personas que ya no estaban aquí. Por soportar día sí y día ver a tu padre borracho, maltratando a tu madre sin piedad, y por lo fuerte que fuiste viéndola llorar cada día. Por todas esas personas que hicieron de ti la persona que eres ahora, una persona fuerte. GRACIAS.

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1 Comentarios

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  Oliviaferrer

  Al final resulta triste que solo pasando por un infierno podamos hacernos más fuertes. Te entiendo bien, y es una lástima que hayan mentes tan inmaduras que piensen que juzgar por lo de fuera los hará más fuerte a ellos. Son ellos los que tienen problemas consigo mismos. Pero el caso es que siempre tienen que joder a los demás. Y si no quisieron jugar contigo, estar contigo, quererte, es porque no eran lo suficiente inteligentes para saber lo que entonces se perdieron.
  Un besazo!

  06/12/17 01:12