TusTextos

La Petite Morte

Dos mil años de cristianismo han hecho su tarea. Borrar de la memoria de los vivientes que antiguos dioses paganos habían ocultado a los hombres la felicidad suprema de la vida: la felicidad de la muerte. Tan solo la locura desatada por los sentidos muestra el camino del retorno a aquella fantasía de felicidad, otras veces lo hace el sentido común, que rechaza la idea de muerte; pero el amor loco a veces la acepta y otras la reclama.
Eros y Tanatos. Pulsión de vida y pulsión de muerte. Los franceses llaman la petite morte, al momento orgásmico donde los amantes se pierden. ¿Quin no ha dicho alguna vez a su amante: querría morir en tus brazos; que enamorado no sugirió alguna vez: haz de mí lo que quieras? Víctimas ejemplares que se abandonan con gozo a la perdición, a ese misterio atroz y fascinante por el cual los cuerpos someten al ser a la voracidad del deseo, lo embriagan, lo destruyen. Hay una escena del libro El almuerzo desnudo de Williams Burroughs donde el goce sexual se alcanza a través del orgasmo de los ahorcados, hombres que reciben y brindan su ultimo acto sexual producido por el rigor mortis y la eyaculación que produce la muerte repentina en los hombres.
Paganismo. La imagen mitológica del amor sexual entre los dioses griegos era la de Eros y su contrapartida, la imagen de la muerte no violenta, Tanatos. Eros y Tanatos son las figuras que Freud tomo para ejemplificar la pulsión de vida y pulsión de muerte. Según el cocainómano genial Sigmund Freud, las dos pulsiones que enfrentan al ser humano a lo largo de su existencia: el impulso erótico del deseo y la búsqueda de la libertad, el impulso tanatico a huir de los problemas mediante la muerte o lo que es peor la muerte en vida de la búsqueda de la felicidad según los mandatos represivos de la cultura. En la cultura cristiana y occidental el temor a la muerte es la clave de la efectividad del poder. Tanatos es la figura del Leviatán, el monstruo que imparte el temor, para dominar a todos los vivientes.
Eros y Tanatos. La civilización construida bajo el signo de Eros, de la libertad como norma y el deseo como guía sin trampa o bajo Tanatos, la explotación de las mentes y los cuerpos, la destrucción de los sueños y las fantasías, la aceptación pasiva de la opresión y la destrucción de lo viviente por el egoísmo de unos pocos parásitos que gobiernan el mundo. Pero Eros y Tanatos están tan unidos, ya que el amor sexual y la muerte son parte de la vida, pulsión a vivir y morir son las pulsiones que permiten que una valorice a la otra.
¿A qué va todo esto? Quizás a tomar conciencia de la finitud de todo, quizás a tratar de reflexionar el porque de la distancia entre cuerpo y deseo y objeto. No todo lo que uno quiere es posible de lograr, pero es terrible rendirse a los brazos de Tanatos cuando es la búsqueda de Eros lo que uno tiene en mente.
Ateo27 de enero de 2009

Más de Ateo

Chat