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La No Traición.

Tengo muchos años y ya me puedo dar el gusto de hablar como si supiera. Este no es el relato de una traición, todo lo contrario, este es el relato de la lealtad, de la estupidez humana jugando a la monogamia, o como quieran decirle, creyendo que se puede ir en contra de la naturaleza, amar a una sola persona y tener contacto intimo con una sola persona.
Y van a entender por que aseguro esto con tanta seguridad. Es una experiencia de vida, y como tal, espero que le den la seriedad que se merece.
Con toda certeza puedo recordar que frecuentemente me daba cuenta de lo infranqueable que era mi enamoramiento, era tan real y profundo que cuando veía alguna chica muy hermosa, muy llamativa, si bien podía reconocer todos los sentimientos de atracción básicos, no se me despertaba ni el mas mínimo deseo de romper mi lealtad, de realizar una traición. Y es mas, hasta me sentía enarbolado por aquella muestra de auto control al punto de verme superior a aquellos que sucumben a las tentaciones, como monos salvajes.
Mas que puede ser prueba cotidiana de tal poder cuando todos los días salíamos a trotar con mi mejor amiga, amiga con la cual también en su momento hubo alguna historia, infantil, tanto por la edad de aquel entonces como también por la esencia del mismo romance, fugaz, superficial y sin nada especial, pero una historia hubo y de todas formas al verla todos los días corriendo con unas calzas apretadas, con el sudor bañándole los hombros y corriendo por la espalda no podía yo pensar si quiera por un momento la tentación de cometer una traición, aun así podía disfrutar del paisaje, por así decir.
E incluso algunos días me invitaba a pasar a la casa a tomar algo para refrescarme antes de volver a la mía, ya que me quedaba de paso y teníamos todos esos momentos de intimidad. Mi señora, estudiando en el auditorio hasta las 10, y nosotros tomando algo mientras nos calmamos de tanta excitación física, sudando, oliendo el cansancio. Y que puede ser mas fuerte que el olor?, a decir verdad es una de las cosas que mas me atraen de la mujer, su olor. Claro que algunas tienen mejores olores que otras, llegando incluso a oler bien transpiradas por el deporte, y este, es el caso de mi mejor amiga, que siempre olía tan bien.
Y así empezó este relato, un día, mirando un vídeo de internet que me quiso mostrar, nos habíamos apañado los dos cerca del monitor, y solo me percate de la tensión y de lo importante del momento cuando su olor me arrebato de lo poco que me interesaba el vídeo en si. Era un momento especial, tan especial como cuando se esta tomando un vino que sorprende por su calidad y uno no puede pensar en dejar de disfrutar el aroma, de sentir aquella textura o el sabor que produce. Siendo un momento así una situación donde todos los sentidos se realzan y nos volvemos mas conscientes de lo que sucede, como en otro nivel. De que se esta apoyando con su mano en mi pierna, que las telas que nos separan son finas, por ser deportivas, y están muy mojadas, haciendo que el contacto emule el contacto real, que también uno de sus pechos esta totalmente apoyado en mi hombro, pudiendo sentir la suavidad de su cuerpo en ese contacto. Pero que lo mas concreto, ofensivo e insinuante de toda la situación no son estos contactos, si no que soy yo, que en vez de tener la cabeza directamente mirando al monitor, la tengo quizá una infinitésima de grados corrida hacia ella, un gesto muy sutil, pero mucho mas evidente y mucho mas avanzado que todo lo que ella hace, consciente o inconscientemente.
A diferencia de la degustación de un vino, este momento especial es mas perdurable, cuando uno prueba un buen vino, uno ya anticipa que tal placer se acabara, sabe que eventualmente la copa se acaba, la botella, o incluso nosotros dejamos de disfrutarlo como al principio. Esto fue mas largo, por que el tiempo se había olvidado de avanzar, se había escapado el futuro y solo había presente. Y en este presente solo se podía saborear del olor, de su piel, de su boca, la cual no podía parar de mirar atentamente. Y no se cuando pero sin darme cuenta habíamos dejado de mirar el vídeo y estábamos los dos tildados, petrificados como en una foto, de repente, era evidente que algo estaba pasando y ni siquiera supe conscientemente cuando se había dado tal quiebre.
Pero eventualmente el momento paso, ella o yo, o los dos nos separamos, y seguimos el día como siempre, quizá con una sutil diferente forma de hablarnos, mas suave, mas serio.
Después de eso ya tengo que relatar todo esto de forma diferente, por que ya no fueron mas momentos especiales, de ahí en mas las cosas siguieron igual, quizá con una breve pausa durante unas semanas en las que no me invito a su casa, y otras que yo no pude ir.
Pero claro, fue una pausa, como ya adelante, después de eso volvimos a juntarnos en su casa y cada vez era mas y mas consciente de algunas situaciones excitantes, ya no eran especiales como la primera, jamas lo fueron, pero si eran excitantes, seductoras, pero de una forma mas burda.
Me dejaba en la cocina tomando agua y ella siempre hacia algún gesto que era, o yo interpretaba, como una insinuación. Se levantaba la remera para refrescarse pero dejaba parte del corpiño a la vista, se agachaba sin doblar las rodillas o se tiraba agua sobre una remera blanca, dejando entrever todo, muchas veces también se sacaba el corpiño en cuanto llegábamos, en frente mio.
Cualquier mujer sabe que esas cosas excitan a un hombre, pero claro, siempre esta la posibilidad de que tal actitud no sea adrede, o no crea que despierte nada en mi, quizá incluso sea un pensamiento impulsado por la falta de reacción de aquel día donde no paso nada, pero paso todo.
Un día pensando que aclararía las cosas después de presenciar un acto tan provocador, al tirarse agua sobre una remera blanca, sin corpiño, dibujando perfectamente los pezones, se lo dije, le dije que me estaba provocando, pero se lo dije a modo de chiste. Y me contesto en chiste, pero me contesto que si, que me estaba provocando para que nos acostáramos, y todo en un tono vulgar. Claramente no me daba pie a hacer nada, ni tampoco se, si lo hubiera hecho, diga lo que diga. Pero si dejando que el juego siga, y siga.
Pero fue eso, un juego, un juego que fue divertido mientras duro y si ahora me obligan a contestar rápido quizá les responda que fue lo mejor que viví, porque lo que siguió a eso fue el ocaso y la noche.
Nosotros nos comportamos tan seguros de que hacemos lo correcto, pobres tontos infelices los que pensamos, aunque sea por un breve momento, que sabemos algo. Si quieren un consejo del que estoy seguro que les va a servir es ese, nadie sabe nada, nunca. Somos ciegos caminando de la mano de sordos, y escuchamos a un idiota que esta jugando.
En un día como cualquier otro, pero que no fue ningún día especial, me di cuenta que mi relación con mi mujer estaba un tanto distinta, mas insignificante, el juego con mi amiga ya hacia rato que había parado, quizá sea irónico, pero se suspendió después de una lesión. Si, una lesión, me lastime la rodilla y no pude ir a correr por seis meses, en ese tiempo me empecé a dar cuenta que si sacaba el juego tonto ese, ya no había nada que disfrutar en mi vida, nos llevábamos bien con mi mujer, si es mas, antes cuando había una relación teníamos peleas, ahora nos llevábamos muy bien y nunca discutíamos, sabíamos que quería el otro, como pedir las cosas y que problemas se podrían presentar si queríamos tal o cual cosa. Pero llevarse bien no es pasión, quizá al revés, quizá no puede haber pasión real llevándose bien, y no puedo asegurarlo por que por mas que tenga tantos años, solo tuve una pasión, un amor y un desencanto que contar.
Y a todo esto imagino que estarán pensando, cuando finalmente la engaño? Cuando finalmente sucumbo a la tentación y me acuesto con mi mejor amiga, si incluso nos veíamos todas las semanas y hasta nos veíamos muchas veces sin mi esposa de por medio, aunque ya no tan seguido que cuando trotábamos. Bueno la realidad es que nunca, por que un día llegue y me di cuenta que no tenia mujer. No es que se halla ido, no es que se hubiera muerto, nada de eso. Un día estábamos cenando, en silencio y de golpe me di cuenta que había un silencio incomodo, algo palpable. Seguramente ella, como es lógico siendo mujer, ya se había dado cuenta del silencio incomodo antes que yo, por que cuando yo me di cuenta me estaba mirando, con ojos de “¿que nos esta pasando?”, pero no había tristeza en esos ojos, y eso es lo que mas me dolía, en esos ojos si alguna vez había habido tristeza, ya había pasado, ya había hecho el duelo. Dejamos de comer, nos miramos, y me lo dijo todo.
Cuando digo todo, no estoy diciendo solamente lo que ya deje entrever acá, que ya no había pasión. Eso era según ella lo importante, la raíz de lo que me contaba, pero para mi había algo mucho mas importante, enorme, al lado de la pasión, mi orgullo. Y es que me estaba contando que desde hacia un tiempo se estaba viendo de forma diferente con un compañero, un compañero!, un pibe diez años mas joven que no tenia ni trabajo estable ni estudio, pero claro, tenia eso que nos faltaba a nosotros, pasión.
Nunca la deje contarme si había sucedido algo, o insinuarlo,o quizá si lo hizo y de alguna forma manipule mi mente para olvidarlo, pero lo importante es que hoy en día no les podría decir si me metieron los cuernos o no, solo te podría decir que mi orgullo se vio herido como si lo hubieran hecho, enfrente mio.
Después de eso caí en la cuenta de lo estúpido que había sido, perder tantos años en una convicción, si eso nada mas, una convicción. De que se es mas feliz en pareja, que yo era mas feliz en pareja, y solo por eso no deje fluir el momento mas especial de mi vida. Aquel seno que me apretaba el hombro, esa mano que estaba tan firmemente apretada en mi muslo y tan cerca de mi entrepierna, esos labios húmedos y tan rojos, del rojo mas hermoso que puede haber, el rojo del rubor natural. Pero que además me llamaban, no podía parar de mirarlos y yo se, que lo único que falto para que todo eso siga fluyendo era que incline la cara unos milímetros para adelante, después ella se inclinaría un poco, y cuando los labios estén cerca, cuando se toquen, ya no habría nada, no quedaría nada que pueda parar eso, como el agua de un río, fluiría cuesta abajo sin parar, hasta el mar, hasta la perdición.
Todavía hoy me sigo perdiendo reviviendo ese momento, reviviendo lo que sucedió después, que nunca sucedió, incluso teniendo en cuenta que solo unos meses después, quedándose a dormir unos días en mi casa, hicimos con mi amiga todo lo que se puede hacer, hombre y mujer, de todas las formas posibles, y jamas pudimos encontrar ese momento. Jamas pudimos tener en nuestras manos algo tan real, después de eso solo nos servíamos el uno al otro para sacarnos la excitación, algo normal, pasajero, que duro unos años. Quizá hasta se podría decir que fue algo infantil.
Así es mi experiencia, y eso es lo que tenia que contar, vivan de esos momentos especiales, una cena con amigos donde gobiernan las risas, una comida que nos sorprende los sentidos,o incluso una mujer que nos excita todo el cuerpo. Y dejen de pensar en como deben ser las cosas, las cosas son.
Atm4427 de enero de 2015

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