Danae
La libertad de seducir un corazóny la voluntad de dejarse seducir, o no, queda originalmente enjuiciado en este poema. Inocencia o culpabilildad habrá según la recepción de ese enamoramiento. Un poema que ahonda bellamente en el juego arbitrado del amor. Un abrazo, Avelibre, me lo llevo sin dudarlo ...
31/07/09 05:07