-Estoy enamorado de ti, de tu sonrisa contagiosa, de tus manos mientras se deslizan sobre mis costados, de tus sarcasmos cada vez que algo no te gusta, de tus gritos en silencios, de tus lágrimas cada vez que algo te da rabia y quieras esconderlas para que no salgan a flote, de tus bailes que nacen sin paso previo, que importa eso, es maravilloso verte danzar con toda la alegría que transmite la música.
Estoy enamorado de ti, y si volviera a nacer lo haría de nuevo, porque no tengo ningún miedo a que mis latidos sean para ti.Y sé que me estoy repitiendo, pero necesito decírtelo aunque tu huyas cada vez que te digo estas palabras.
También te digo que no soy rico, mi trabajo nace de mis manos que poco a poco tejen la vida que voy construyendo, y a veces se derrumba, pero siempre encuentro algún motivo para levantarme aunque la vida a veces duela y su dolor me arrastre con ella.
Tampoco podré regalarte joyas, ni todos los lujos que debería darte, pero ten por seguro que te daré algo más valioso que todo eso, y es que cada día te regalaré lo mejor de mi, te escribiré cartas de amor aunque no sea un gran erudito, pero ten por seguro que en ellas encontrarás las palabras que salen de mi alma.Como ves digo muchas tonterías, pero siempre te hablaré desde el corazón.
-Entonces-dijo ella- quiero que cada día me digas esas tonterías.
Beatrix! es que realmente lo que vale es lo que tenemos dentro de nuestras almas ... aquello que no envejece, que no tiene trueque por joya alguna ... aquello real. Me gustó mucho tu relato.
