TusTextos

Mi último Beso

No lo creeré nunca...
¡¿Que no me hechas de menos?!... permíteme una risa, a tu salud.
Tanto navegar en el mar de nuestros sueños, tanto ir y venir en esas playas llenas de sueños, que eran tesoros, ¡qué fácil fue naufragar! dejando que la marea nos llevara a cada uno por un lado, dejándonos bien lejos, cogidos a las tablas de las réplicas y los reproches absurdos que volaban como misiles lanzados por párvulos caprichosos egocéntricos y malcriados.

Dos orgullosos orgullos enfrentados, dos niños dolidos, que jugaron a ser mayores, y abandonaron la verdad de un sentimiento, con el cual se les llenaba la boca delante de reinos frios, gritando 'para siempre', y dejándose ir sin lucha alguna el uno por el otro. Quizá sería penoso recordar las palabras.

Soltamos nuestras manos. Los mensajes de lastre, de superviviencia, de grandeza, del 'ahora yo', después de los hechos, nada son. Ya ni se me apetece demostrarle nada a nadie. Placebos de los estúpidos, que recurren a los escudos de los penosos cobardes, que no queremos reconocer el dolor que sentimos, tu y yo, sí... los dos, haciéndonos los fuertes, siendo los seres más débiles del mundo.

Qué gracioso, después de estar pensando, ser todo aquello que odiamos, y que tanto criticamos a los demás, ¿no crees?...

Te deseo lo mejor de este mundo, pese a todo. Sé que aunque pase el tiempo, iremos recordándonos cuando paseando por cualquier lado de este mundo, pase una fragancia de ángel a nuestro lado, cuando veamos cualquier rincón que reconozcamos en nuestros recuerdos, cuando posemos las manos en la lenta tortuga de mármol con cualquier otra persona, cuando veas las montañas serradas llenas de nubes oscuras, cuando veas a los niños jugar llenos de sonrisas.

Igualmente sé que nuestro rogullo, sí, el de los dos, ese monstruo que nos come las entrañas cuando queremos saber y nos inmoviliza los músculos a la hora de dirigirnos un simple hola, no nos dejará crecer en los sentimientos, y hará que acabemos siendo solo un grato recuerdo en el lecho de las noches, sollozando a escondidas, y cubriéndonos con yelmos de hierro en cara de los demás. Somos fuertes por fuera ¿verdad?. Habrá que demostrarlo, aunque nos sintamos inevitablemente los propios viudos de nuestra alma gemela.

Recuerda que no hemos sido 'incondicionales'.

Te mando mi último beso, aunque me duela llamarlo así.

"Si vuelves, traeme tu mar [otra vez]."
Benjamin23 de marzo de 2012

3 Comentarios

  • Justin25

    Percibo en este relato el amor que todavía se profesan dos personas. A pesar del orgullo que les frena demostrar los sentimientos.
    Muy bueno amigo.
    Un abrazo

    25/03/12 07:03

  • Benjamin

    Pues sí. Es un texto donde no existen replicas ni reproches, yo no las veo, y como autor, no las he incluido. Solo un sentimiento de recuerdo y la predisposición a querer haber querido dejar ese orgullo de lado en algún tiempo. Gracias por captar la esencia verdadera del texto, sin haber rebuscado ningún tipo de critica ni de ataque. Si hubiera querido atacar, lo habría hecho simplemente y duramente, y por supuesto, no me habría incluido yo también en el texto, habría estado escribiendo en segunda persona y directamente. La gente que vea en este texto un ataque directo a los sentimientos, debería dejar de lado ese pensar, reller el texto todas las veces necesarias hasta entenderlo de verdad y recordar todo lo que se ha vivido, y dejar de sentirse atacado por un texto que solo pretende que se piense en un sentimiento hermoso, y deteriorado por circunstancias, pero que en su momento fue reparable.
    Lástima por aquellos que borran toda una vida en unos minutos.

    27/03/12 11:03

  • Sonoridario

    Insistiré hasta que vuelvas. Un inmenso universo de letras...te necesita.

    24/12/14 07:12

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