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Highlander 14

En los años siguientes recorrí buena parte de Europa, debido sobre todo a mis negocios de licores. Siempre estaba atento a cualquier atisbo de que la presencia de Anabelle pudiera estar cerca, pero, para mi desesperación en algunas ocasiones, no ocurría nada. Había muchas ocasiones en que estaba tan cansado de continuar viviendo, que tenía que hacer esfuerzos para no dejarme llevar por el desánimo. Kilda no me mentiría nunca, me quería demasiado. Cuando me encontraba en ese estado de ánimo, invariablemente decidía cambiar de escenario. Y hacia mitad del siglo XIX decidí que era hora para mí de probar fortuna en otro continente. Compré un pasaje hacia el Nuevo Mundo, un lugar nuevo y desconocido, que al menos me mantendría interesado por un tiempo. Decidí que podría abrir allí una sucursal del próspero negocio que había montado en Paris, y que ahora tenía sucursales en Munich, Edimburgo, Londres y Viena. América era tan grande que al principio dudé en qué parte establecerme; pero dada mi forma de ganarme la vida, y después de pensarlo mucho, me decidí por Kentucky. Allí se hacía una bebida llamada bourbon, que tiene similitud con el whisky escocés, aunque su calidad sea mucho menor, porque le falta un ingrediente que sólo en Escocia se puede encontrar; y que es el agua de las montañas escocesas, con ese ligero sabor a turba. De todos modos, era una posibilidad. Me establecí en la ciudad de Lexintong, y compré en las afueras una destilería y tierras adyacentes. Kentucky formaba parte de la Unión desde 1792, y ahora, en 1858, era un estado próspero cuyo progreso se debía en gran parte al trabajo de los esclavos africanos. Nunca me gustó usar a otras personas, de cualquier raza o condición, en beneficio propio, y por tanto no utilicé esclavos en mi destilería ni en la granja. Tenía jornaleros y trabajadores, pero no esclavos. No me considero mejor que nadie, pero mi conciencia no me permitiría servirme de esa manera de otro ser humano. Cuando en 1861 estalló la Guerra Civil, el estado intentó permanecer neutral, oscilando entre la Unión y los estados confederados del Sur. Pero dado que cada vez había un sector mayor de la población que abogaban por la terminación de la esclavitud, las tropas confederadas acabaron por invadir Kentucky, y fue inevitable entrar en la contienda. A mi no me afectaba directamente e intenté mantenerme en un segundo plano, pero cuando hordas esclavistas entraron en mis propiedades e intentaron quemar la destilería, no tuve más remedio que tomar partido. Me alisté, y tomé parte en algunas de las principales batallas que se libraron en aquellas tierras. Incluso se formó, durante un corto período de tiempo, un gobierno confederado. No me daba miedo luchar, sabía que, a diferencia de todos los demás, mi vida no corría peligro. Pero no era mi guerra, aunque no me quedase más remedio que intervenir en ella. Me condecoraron, lo cual carece de mérito alguno, porque es fácil ser valiente cuando se sabe que lo máximo que puede pasar es resultar herido. El peor recuerdo que guardo de la guerra fue que tuvieran que extraerme una bala de fúsil sin ningún tipo de anestesia; que era algo desconocido en el campo de batalla. La única manera de aliviar en cierto modo el dolor era beber, antes de la operación, grandes cantidades de bourbon, de manera que la borrachera borrase algo el inevitable dolor. Pero aún así, aquello fue bastante duro, y recuerdo que mordí un trozo de cuero que alguien me entregó para no gritar. Se hacía sobre todo porque solía haber otros soldados esperando para pasar por el mismo trance, y se quería evitar un innecesario pánico. El cirujano se quedó bastante sorprendido al ver la velocidad de curación de la herida, a pesar de que perdí mucha sangre. Esa fue mi pequeña contribución a la guerra de Secesión, aunque debo decir que no de buen grado, sino porque no tuve más remedio.
Beth20 de agosto de 2010

14 Comentarios

  • Ag

    Me gusta esta aventura por la cantidad de lugares que menciones, historicamente es interesante y todo ello muy bien redactado, un lujazo.

    Un saludo.

    21/08/10 11:08

  • Beth

    Muchas gracias por tus palabras. Es que me apasiona la Historia, esa es la explicación

    21/08/10 12:08

  • Ag

    Yo estoy estudiando la carrera de historia....jajajaja

    21/08/10 01:08

  • Beth

    Yo también. ¿En qué universidad, si no es indiscreción?

    21/08/10 01:08

  • Ag

    En la de Córdoba.

    21/08/10 01:08

  • Ag

    tu¿?

    21/08/10 02:08

  • Beth

    En la Santa UNED española. Entiendo que Córdoba de Argentina, ¿no? Bueno, quizá estemos haciendo algo incorrecto al convertir esto en una conversación a dos bandas. Si es así, perdón

    21/08/10 02:08

  • Ag

    Para nada, encantado de hablar contigo. No, en la de Córdoba, España.

    21/08/10 02:08

  • Beth

    Es que me parece que aquí los españoles estamos en minoría. Bueno, pues ya somos dos los sufridores del arduo camino de la Historia

    21/08/10 02:08

  • Ag

    Pues si, ecantado de compartir carrera :)

    21/08/10 04:08

  • Nemo

    Muy bien Beth!... interesante la semblanza que haces con fechas y hechos. Le dan realismo a tú historia. Estamos encaminados...
    Saludos!

    21/08/10 08:08

  • Beth

    Gracias por seguir leyéndola, Nemo

    21/08/10 08:08

  • Mary

    Muy bueno Beth. Me impresionan los grandes conocimientos sobre
    todos esos lugares y su historia que tienes. En verdad eres una
    muy buena escritora. Sigue asi amiga.
    Besoss.

    28/08/10 11:08

  • Beth

    Gracias, querida Mary. Pero no tiene mérito. Me encanta la Historia y es lo que ahora mismo estoy estudiando, en mis ratos libres

    28/08/10 11:08

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