Quiero irme
lejos, donde
canta la alondra
y en el aire
gime el viento.
Quiero hacer la maleta
hacia el infinito, y
no volver hasta
que luzca el
sol en lo alto;
para entrar en las
nubes, y perderme
mar adentro.
Quiero elevar
mis alas
hacia lo alto
del firmamento;
para que no me
encuentres, aunque
eso sea tu tormento
Si, Sergio, alas pero que no sean de cera, como las de Ícaro y el sol pueda derretirlas. Porque yo quiero sentir el sol en las alas. Gracias por tus palabras
Beth:
El final de tus versos demuestran que quieres volar no por escapar sino por sentir el viento fresco, el calor del sol, experimentar lo infinito de la vida en donde se anulan los sin sabores... volar con todo lo que eres. Cierra el libro que contiene horas muertas y escucha cómo soplan los vientos a tu favor.
Si, tienes razón. A veces, cuando parece que todo se echa encima, basta salir y dejar que el viento y el sol te acaricien la cara, para descubrir que es estupendo estar viva, sentir, reír, hasta llorar de vez en cuando. Un beso
Muchas gracias a las dos. A veces parece que las palabras fluyen solas, y en otras ocasiones, por más que uno se esfuerce, no es capaz de decir nada con sentido. Supongo que será cosa de los distintos estados de ánimo