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Mientras Llega MaÑana 48

Habíamos quedado con el doctor Lasarte en el despacho de Diego y una vez más fui consciente de que era afortunada porque mi hermano me cuidaba con esmero y gracias a él tenía acceso a lo mejor. Me dio confianza este hombre de mediana edad, de apariencia frágil, pero con un rostro inteligente, de ojos muy negros y vivos, con el hablar pausado y que hacía preguntas cortas y precisas. Quiso sabe si fumaba, y al contestarle que no, me dijo que así la recuperación sería más rápida. Me lo explicó todo con palabras sencillas, con lo cual me quedé más tranquila, porque a veces los médicos se dejan llevar por los tecnicismos y los simples humanos, que además somos vulnerables por la situación en que nos encontramos, no conseguimos enterarnos de nada. Cuando salí de allí tenía claro que la operación duraría un par de horas, me aplicarían anestesia general, lo cual me dejaba mucho más tranquila, y que me quedaría ingresada tres días si todo iban bien. Me explicó que me implantarían lo que ellos llaman un expansor, que era una especie de balón que progresivamente irían hinchando hasta alcanzar el tamaño adecuado.
Nos despedimos de Diego hasta dentro de tres días, que sería cuando me operasen. De camino a casa Daniel se encargó de dejarme las cosas claras.
-Ya has oído al médico. La operación no reviste gravedad, pero el postoperatorio requiere descanso y que no hagas esfuerzos al menos en dos o tres semanas. Espero no tener que pasarme todo ese tiempo vigilándote para que no hagas estupideces.
-No soy una niña pequeña-le dije. Y quédate tranquilo, que si estás empeñado en cuidarme, te aburriré pidiéndote cosas y haciéndote la vida imposible.
Me gustó llegar de nuevo a casa y rodearme de todas las cosas familiares que contribuían a darme paz. Daniel se dedicó a escribir durante toda la tarde, para recuperar el tiempo que había perdido y yo pensé que sería una buena ocasión también para escribirle a mi hija. En los días que pasamos juntas descubrí una nueva Úrsula que pensé que nunca recuperaría.

Querida Úrsula:
Me entristece saber que no has vuelto a hablar con tu padre. No te cierres en banda a escucharle, aunque no te gusten sus explicaciones. Piensa que la gente, sobre todo cuando ya tenemos una edad, no solemos cambiar, a pesar de que pongamos empeño en hacerlo. Tu padre, quizá porque lleva toda la vida enfrentando problemas en su trabajo y luchando para solucionar casos complicados en los tribunales, en su vida cotidiana prefiere cerrar los ojos a la verdad y escaparse de todo lo que signifique un enfrentamiento. Pero te quiere mucho; te diría que quizá eres la única persona a la que de verdad ama sin medida ni reparo alguno. No debes exigirle que cambie de actitud, porque entonces no sería él. Acéptale como es, y te aseguro que cuando lo hagas tú serás la primera en sentirte mejor.
Si te pido que hagas esto es precisamente porque he sufrido y todavía sufro la pena de no haber sabido comprender a mi madre y haberle pedido cosas que no podía darme. Cada ser humano ama en la medida que puede hacerlo; hay quien tiene una capacidad ilimitada y otras personas solo pueden dar una parte de sí mismos. Creo que tu padre pertenece a la segunda clase de personas. Si echas la vista hacia atrás y te fijas un poco, te darás cuenta de que nunca ha sido una persona expresiva en su cariño, ni con sus padres, ni con su hermana, ni por supuesto conmigo. Solamente cuando llegaste tú fue capaz de cortar las amarras y darse casi por completo. A veces pienso que si no quiso tener más hijos fue porque no quería que nadie más entrase en su corazón, porque temía que no hubiese sitio para ti. Lo que nunca supo es que cuanto más amamos, más podemos dar.
En cualquier caso, y por una vez en la vida, haz caso de los consejos de tu madre y no olvides que te quiero
Llegó el día de la operación; y cuando nos presentamos en la clínica a la hora convenida estaba extrañamente tranquila. La noche anterior Diego me había dicho que tomase un somnífero; pero no me hizo falta, dormí bien, con un sueño reparador que hizo que me presentase descansada. Me asignaron la misma habitación que la vez anterior, aunque ahora la vista de la playa era bastante distinta; se notaba que ya estábamos en plena primavera y durante todo el día había trasiego de gente paseando por la orilla e incluso algunos valientes que se atrevían a adentrarse en el agua, todavía fría. Daniel bajó conmigo hasta la puerta del quirófano, y allí estaba esperándome mi hermano, quien estaría presente en la intervención. No me despedí de Daniel porque ya lo habíamos hecho a solas en la habitación. Los dos habíamos intentado mantener la calma, pero la entrada en un quirófano siempre da algo de miedo, y yo no quise entrar sin decirle cuanto significaba para mí. Ahora simplemente me dio un beso y dejó de sostener mi mano; y fue Diego quien le sustituyó. Esta parecía ser la constante en mi vida, al menos últimamente; siempre estaba presente uno de los dos como si fuesen mis ángeles protectores.
Se repitió el mismo procedimiento que la vez anterior, y lo último que recuerdo fueron las palabras tranquilizadoras de Diego. Esta vez no tuve ningún sueño, sino que las dos horas que pasé tendida en aquella camilla simplemente no existieron, son dos horas en blanco en mi vida. Cuando abrí los ojos ya estaba en la habitación, y Daniel de nuevo a mi lado; mirándome con semblante tranquilo, lo cual me imagino que significaba que todo había ido según lo previsto. Quise girarme en la cama, pero no me resultó tan fácil. De mi brazo derecho salían varias agujas hacia el suero y algo más que no se lo que era, ni quería saberlo, y llevaba puesto un drenaje, con lo cual mis movimientos estaban bastante limitados. Empecé a sentir una ligera molestia en el pecho, que no llegaba a ser dolor; pero era algo que ya esperaba.
-No te muevas demasiado. ¿Quieres que te levante un poco la cama?
Negué con la cabeza. Estaba muy cansada, me costaba hablar y lo único que quería era permanecer amodorrada, acurrucada en el limbo de la semiinconsciencia. Oí como entraba mi hermano y hablaba con Daniel, diciéndole que le acompañase a casa para dormir un poco; y como él se negaba por varias veces, por más que Diego le dijese que estaría perfectamente atendida. Esta sensación se parecía a lo que sentí en una ocasión en que un antihistamínico demasiado fuerte me dejó durante un par de horas fuera del mundo; escuchándolo todo a mi alrededor, pero sin poder apenas abrir los ojos, y menos levantarme o hablar. Ahora me ocurría lo mismo; les oía como hablaban y disponían todo a mi lado, pero era totalmente incapaz de tomar parte en la conversación que ellos mantenían. A veces esta sensación de ver la vida a través de la barrera, como si fuese una película en donde otros son los protagonistas, y uno se limita a ser un mero espectador, puede ser un enorme descanso y una bendición. Yo no tenía que tomar decisiones, porque había gente a mi lado que pensaba por mi. Solo tenía que respirar para seguir viviendo, pero había gente a mi alrededor que movía los hilos de mi vida.

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Beth10 de junio de 2011

9 Comentarios

  • Vocesdelibertad

    ..."había gente a mi alrededor que movía los hilos de mi vida. "

    Tal como lo dices, en ocasiones es un enorme descanso y una bendición, ser mero espectador.

    No me cansaré de decirte que has escrito una obra preciosa y de gran valor.

    Abrazos

    10/06/11 11:06

  • Norah

    . A veces esta sensación de ver la vida a través de la barrera, como si fuese una película en donde otros son los protagonistas, y uno se limita a ser un mero espectador, puede ser un enorme descanso y una bendición. ..es cierto, pero las dos sabemos, que solo son remansos, excelente como siempre, beso grande.

    11/06/11 07:06

  • Norah

    . A veces esta sensación de ver la vida a través de la barrera, como si fuese una película en donde otros son los protagonistas, y uno se limita a ser un mero espectador, puede ser un enorme descanso y una bendición. ..es cierto, pero las dos sabemos, que solo son remansos, excelente como siempre, beso grande.

    11/06/11 07:06

  • Norah

    . A veces esta sensación de ver la vida a través de la barrera, como si fuese una película en donde otros son los protagonistas, y uno se limita a ser un mero espectador, puede ser un enorme descanso y una bendición. ..es cierto, pero las dos sabemos, que solo son remansos, excelente como siempre, beso grande.

    11/06/11 07:06

  • Norah

    Imagino, solo imagino que tu no contestar, ojala te haya dado cuenta de muchas cosas, mujer que evita el conflicto, y el confliucto es bueno, ojala alguna vez te juegues por algo.+

    11/06/11 08:06

  • Beth

    Si, Voces, en ocasiones hay que dejar que alguien tome las riendas de todo, al menos durante un tiempecito, el justo y necesario para descansar

    11/06/11 10:06

  • Beth

    Ay, Norah, cuanto tiempo nos pasamos en ocasiones cerrando los ojos a la evidencia para evitar problemas. Pero, como dice mi abuela, es peor el remedio que la enfermedad, y muchas veces es mejor tomar el toro por los cuernos y acabar de una vez por todas

    11/06/11 10:06

  • Endlesslove

    Que afortunada Helena tener a estos dos hombres en su vida . La seguridad que ellos le daban , ayudaba a su tranquilidad.

    15/09/11 12:09

  • Beth

    Yo desde luego firmaría ahora mismo de tener a dos personas así a mi lado

    15/09/11 09:09

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