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Novela 13

Cuando todo estuvo en su sitio volvió a su casa y se encontró con Inma en la cocina, tomando un vaso de cacao y trabajando con el ordenador. Cuando la escuchó llegar levantó la cabeza y se quedó mirándola fijamente. Ella apartó la vista. Quería mucho a Inma pero en ese momento hubiese preferido estar sola. No deseaba que nadie se inmiscuyese en su vida ni le hiciese preguntas. Y quizá su amiga se diese cuenta porque aunque la notó distinta, puede que porque también la veía distante, no le comentó nada. Siguió trabajando mientras Amanda la saludaba brevemente y se preparaba una taza de café. Era ya la tercera de la mañana y sabía que al final del día el estómago le pasaría factura. Pero necesitaba un estímulo. Se sentó para tomar el café con calma y cuando ya estaba terminando Inma le dijo que había encontrado algo curioso en el baúl de la tía Irene.
-Cuando ayer me pediste que retirase todo lo que había se me ocurrió revisar esa especie de bolsillo lateral y encontré esto-le dijo tendiéndole un envoltorio.
Amanda deshizo el lazo blanco, amarilleado ya por los años, y descubrió con asombro una pulsera muy pequeña, de oro, de esas que antaño se ponía a los niños y a los bebés con su nombre grabado. Aquí todavía podía leerse “Elena”. También había una foto de un bebé en un carrito alto y pasado de moda y varias chaquetitas muy pequeñas, tejidas a mano, una de color rosa, y otras en distintos tonos de amarillo pálido. Miró a su amiga con la sorpresa pintada en el rostro.
-¿Tu tía tenía hijos?
-Claro que no. Bueno, creo que no-dudó. Ya no me atrevo a negar nada, visto lo visto. Esta mujer está resultando ser una caja de sorpresas. Pero…en el caso de que haya tenido hijos, ¿dónde están y por qué me dejó a mí todas sus posesiones?
-Puede que esto sea de alguna sobrina.
-Yo era su única sobrina. Los demás son todos chicos. Y además, ¿qué sentido tendría guardar recuerdos de sobrinos cuando ella era una persona despegada de toda la familia, excepto de mi madre?
Vera Ravenscroft resultó ser una señora de unos setenta años muy bien llevados, con los pómulos altos y todavía definiendo el resto del rostro, y con un moño bajo de un sospechoso color negro que Amanda atribuyó a los milagros de la química. Le sobrepasaba en media cabeza y al menos en veinte kilos. Hablaba español con bastante corrección, aunque arrastraba ligeramente las erres y tendía a hacerse un lío con algunos verbos irregulares. Llegó en un taxi con dos pesadas maletas y una sombrerera. Amanda la miró sorprendida; pensaba que esas cosas solo pasaban en las películas. ¿La gente todavía viajaba con sombrereras? Al parecer esta señora, sí. La recibió con la mejor de sus sonrisas a pesar de que no había pegado ojo en toda la noche. Estaba preocupada no solo por su llegada, sino porque se preguntaba si Michael la llamaría. Le había dicho que estarían en contacto pero también que odiaba el teléfono; así que no sabía a qué atenerse.
Cuando dejó acomodada a su huésped se dijo que no tenía sentido seguir haciéndose preguntas estúpidas que nadie le podía contestar. Había mucho que hacer y no estaba dispuesta a seguir como un alma en pena esperando una llamada de su amante de una noche. Quizá precisamente para él solo se había tratado de eso, y a ella no le quedaría más remedio que aceptarlo. No hablaron de qué había entre ellos, tan solo se dejaron llevar por el momento y ahora mismo se arrepentía profundamente de haberlo hecho.
Beth30 de junio de 2014

3 Comentarios

  • Mateo

    Hola BETH....hasta se podía oler el sabor de esa taza de café que se toma Amanda...fiijate...el baúl de la tia Irene es como la vida misma...llena de sorpresas y secretos...que harán pensar mucho sobre la vida tan misteriosa que tuvo....y la llegada de la Sr.a Vera Ravenscroft todavía le dan más intensidad a tu novela....pues ese personas viene para animar más tu obra...como verás estoy muy metido en esta historia que sale de tu mente...me enseñaron de pequeño a ser agradecido....y es algo que aprendí...luego cuando me hice más mayor y me quede sin pelo ...agradecí a la vida no tener pelo para así no calentarme la cabeza en peinados y tintes anticanas.....y seguí agradeciendo sólo aquello que me hacia bien o me gustaba...lo que nome gusta o me sienta bien....pues lo paso por alto...respetando su origen y su porque....y una vez mas...Gracias BETH....por entretener a este humilde lector...porque sólo soy eso....un lector que le gusta leer uy aprender leyendo...gracias siempre BETH....saludos....admiracion.....abrazos...y felicidad...para ti....

    01/07/14 11:07

  • Mateo

    Perdona las faltas....hoy no estoy muy fino....estos tembleques me pasan factura....y no me gusta que salgan comentarios con palabras mal escritas...Perdon y saludos....

    01/07/14 11:07

  • Beth

    Gracias Mateo, por la lectura. Para quien escribe siempre es muy de agradecer que alguien nos lea. La verdad es que llevo unos días que escribo sin parar. Ya tengo dos capítulos más. Y Vera R. trae muchas novedades. Muchas. Un abrazo querido Mateo

    01/07/14 12:07

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