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¿tal Vez mi Amor?

A mí me gustan las palabras, y sobre todo en un idioma tan rico como el español, que hay tantas formas de decir una misma cosa. Pero la verdad es que hay algunas palabras que dan problemas según en qué contexto se usen. Esta mañana mientras compraba fruta oí hablar a dos señoras de unos setenta y bastante años y una de ellas le contaba a la otra que había cenado en Nochebuena con sus hijos y con su novio. Y la admiré por emplear la palabra con tanta naturalidad. Reconozco que a mí personalmente me chirría un poco; supongo que será porque la identifico con adolescentes tomados de la mano paseando o besándose bajo una farola.
Pero cuando lo pienso despacio tengo que reconocer que soy una esclava de los estereotipos y los convencionalismos. Sé por experiencia que se puede amar con la misma intensidad y locura a los cuarenta o a los cincuenta que a los veinte. ¿Por qué entonces ruborizarse por usar este apelativo?
Pues…no lo sé, la verdad. Pero cuando oigo a mis hijos decir “el novio de Mamá”…me pongo colorada y me imagino que se están riendo de mí. Pero hete aquí que si intento buscar otra manera de decirlo…casi que es peor. A ver, repasemos….
-Mi pareja me parece fuera de lugar y sobre todo me recuerda una pareja de la guardia civil haciendo la ronda, con sus tricornios y sus capas verdes. Y claro, el romanticismo se me va por donde vino.
-Mi hombre me suena a tango arrabalero, peleas callejeras, navajas, perfume barato y lápiz de labios putanesco, y no por la salsa, precisamente.
-Mi marido no se puede usar cuando no ha habido un matrimonio previo.
-Mi amigo…es cuando menos un término distraído y poco preciso. La relación de amistad nada tiene que ver con el amor.
-Mi amante lo convierte en una relación ilícita y un tanto peyorativa, aunque realmente no es un término desencaminado, porque amante es el que ama.
Y todo este batiburrillo de apelaciones me lleva a considerar que quizá la más acertada ha sido una amiga mía que hace un par de años me presentó a quien es hoy su marido y lo hizo de una forma que a mi me pareció encantadora y sincera. Me dijo muy ufana “te presento a mi amor”. Lo que pasa es que yo no soy tan valiente, y también decir eso me daría mucha vergüenza. Ni que decir tiene de todos esos apelativos cariñosos que los enamorados de todos los tiempos se han dedicado. Mejor guardarlos en secreto porque si se dijesen en voz alta ya nadie nos respetaría en la calle, ni el trabajo, ni siquiera en la cola de la panadería. Por ejemplo, ¿cómo van a respetar al director del banco al que su señora le llama cuchifritín? ¿Y se imaginan ustedes a todo un capitán de nuestro glorioso ejército al que su mujer llama “mi cosita”? Impensable….se le rebelaría la tropa. Y los niños del colegio le harían una tamborrada al director si supiesen que en casa es “mi gatito”. No, no, y mil veces no. Es mejor que ciertas cosas permanezcan en el más profundo de los secretos.
Beth26 de diciembre de 2013

6 Comentarios

  • Cimoni

    Mucha verdad en tu texto, nuestro actuar siempre está regido por ciertos cánones que nosotros consideramos correcto, pero la pregunta es: y para los demás es así?
    Creo que al fin de cuentas debemos ser más abiertos...pero no podemos ser iguales todos y es ahí donde radica aquello entretenido de la vida...es mi pensar.
    Saludos Beth.
    Pame.

    26/12/13 09:12

  • Beth

    Gracias por tus reflexiones, que me parecen de lo más acertado. Yo reconozco que soy algo pudorosa en esas cosas de cara a los demás

    26/12/13 10:12

  • Mateo

    Ese es tu secreto que has compartido con nosotros...y por lo tanto tenemos que respetar...pero para mi no hay palabra más bonita para llamar a quien más amas que llamarla mi amor...si que es cierto que vivimos en un mundo donde a veces llamar a quien queremos por todos aquellos nombres que se nos viene al corazón a veces nos puede resultar un poco raro depende de donde lo digamos...pero otras tantas veces ocurre que al final aprendes a guardar ese gran secreto para ti y con que tu realmente sepas como o quien es para ti...con eso basta ...de todas formas BETH...gracias por compartir con nosotros tu secreto...es un honor compartir tus sentimientos..un abrazoabrazo BETH

    26/12/13 11:12

  • Beth

    El caso es que yo a él nunca le llamo por su nombre, ni él a mi. Sino eso...mi amor. Pero cuando estamos a solas o con personas de mucha confianza, como los hijos. Delante de la gente a mi me da vergüenza. A él no, señal de que es más inteligente que yo. Un abrazo Mateo

    27/12/13 12:12

  • Polaris

    No hay señal de amor más grande que llamar a alguien por su nombre, y mejor aun por su apellido, es un gesto que al hacerlo homenajea a lo que crearon ese ser, pronunciar un nombre y después un apellido es muy Español, muy castellano, en la América Hispana esa costumbre no se ha perdido, pero a nosotros aquí en Europa no parece como fuera de sitio, y después ponle el adjetivo que quieras, Fulanito de tal, el sol que guía mi vida, o Menganito de tal, el hombre que comparte mi vida, o a veces simplemente, no se lo que es no se puede definir, te presento a tal.
    Yo aquí para hacer enfadar a los Nacionalistas catalanes, hago dos cosas, llevo en mi móvil el tono de los clarines de Real maestranza de Sevilla, y me presento en el más perfecto castellano que se, " Hola, buenos días nos de Dios", me llamo Apolinar Diez Sartorius De SantaMaria para servirle a vos a Dios nuestro señor y a usted en lo que sea menester.



    Un beso cielo, mi consejo es que de momento le llames "mi Compañero", entre los progres queda muy bien y entre los Liberales lo llames" mi futuro", que es lo más.


    Te quiero mucho.


    Pol.

    27/12/13 03:12

  • Beth

    Bueno, yo cuando le presento digo su nombre...y luego me quedo así como callada, y es él quien acaba la frase. Pero tienes razón, Pol, es mi presente y quiero que sea mi futuro. Mi hija dice que somos vomitivos...Ya se sabe que la juventud es así.

    Un beso querido y muy feliz año. Yo también te quiero mucho

    27/12/13 05:12

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