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Tao

Hace muchos años, cuando tenía once o doce, tal vez, oí hablar por primera vez del Tao, que significa en chino “senda, camino” y que es una especie de filosofía o religión, no se bien como definirlo. En todo caso, se debe a Lao Tse, que trata de describir una filosofía de vida que en cierto modo me recuerda al estoicismo. De aquellos años de preadolescencia de niña rara y solitaria me quedé con varias frases:

“ El ser superior no actúa”
“ La Senda que puede trazarse no es la Senda Eterna”
“ El nombre que puede nombrarse no es el Nombre Eterno”

Confieso que entonces no sabía muy bien lo que significaban, y hoy, cuando me acerco ya al medio siglo, tampoco. Pero me gustan y me hacen desear alcanzar ese estado en el que nada se desea, nada se espera. Yo debo de ser un ser de los más inferiores, una especie de ameba que no ha evolucionado, porque actúo, siempre actúo, y la mayoría de las veces inadecuadamente. Me gustaría ser como esos santones hindúes que permanecen impasibles pase lo que pase; o como los antiguos estoicos, que se mantenían firmes ante cualquier desgracia. O si vamos a una cultura que nos resulte más familiar, como nuestro Job, que soporta lo insoportable.
¿Cómo se consigue no desear, no esperar, no planear? Dicen que la vida es eso que nos pasa mientras hacemos planes; pero todavía no he aprendido, a pesar de las muchas desilusiones, a no planear. Y conste que me levanto cada mañana con el plan establecido de no planear; pero me dura lo que un caramelo a la puerta de un colegio.
Conozco a una persona a la que envidio sanamente, si es que la envidia puede ser sana, que lo dudo, porque es una especie de maestro del no deseo. Y yo, que soy la eterna inconformista, ya no se de qué coraza revestirme para no sentir. Si alguien conoce una vacuna, que me lo haga saber; le recordaré en mis oraciones, ya que no en mi testamento porque no tengo bienes materiales. Y si no hay nadie, tendré que recurrir al último cartucho que guardo: una de las muchas tiendas de chinos en donde me expliquen como acercarme al Tao. Entretanto uso el rosario de mi primera comunión y desgrano una oración a Kuan Yin, la diosa de la Misercordia: “ O mi tu fo”
Beth21 de febrero de 2012

10 Comentarios

  • Alumine74

    Beth vieras me resulta muy interesante tu post, yo tengo hace ya muchos años adopte una filosofía metafísica que aplico a mi vida cotidiana donde soy plenamente conciente de mi energía donde voy aprendiendo muchísimas cosas.
    Donde aprendo que todo lo que sale de mi nunca olvida el camino de regreso, aprendí que todos somos seres en evolución por ende no cabe juzgar la vida del otro que solo esta atravesando un período de aprendizaje.
    Voy aprendiendo a dar sin esperar nada a cambio, solo lo doy de corazón y vieras que es realmente cierto que cuando menos uno espera, mas alejada esta la sensación de decepción.
    Definitivamente muchas doctrinas nos enseñan y nos templan el carácter el Tao es una de ellas.
    Todo se aprende en la vida, muchos mas si ansias la evolución espiritual.

    Yo soy una persona muy estructurada en la vida cotidiana, organizada por demás así que ve que a mi aun siendo conciente del aquí y el ahora sigo presa de muchas cosas debería dejar sueltas.
    Pero bueno el transitar de esta vida es muy interesante si se tiene plena conciencia que la vida es una escuela de aprendizaje permanente.

    Me encanto como lo abordas al temas y tus inquietudes
    Un abrazo Beth encantada de leerte

    22/02/12 04:02

  • Beth

    Muchas gracia Alumine, por haberlo leído y por esos comentarios que me haces que me ayudan más de lo que te puedas imaginar. Cuando oí hablar por primera vez del Tao era demasiado niña y solo entendí que me gustó, pero nada más. Aún ahora me resultan algunas cosas difíciles de entender y más de seguir, pero creo firmemente que en la vida solo se puede estar bien con uno mismo cuando se aceptan una serie de cosas que a priori nos pueden parecer inaceptables. Yo ando en ello, pero reconozco que me cuesta mucho, porque soy de lo más imperfecto que existe.

    Un gran abrazo

    22/02/12 11:02

  • Laredaccion

    Buenas reflexiones en tu pequeño artículo. Me ha recordado a trabajos similares en extensión de los que abundan en algunos dominicales. Interesante filosofía la que nombras.
    Un beso.

    22/02/12 12:02

  • Beth

    Lo mío no llega a artículo, Esteban. Todo lo más unas elucubraciones nocturnas, muy normales en mi cuando no estoy demasiado bien.

    Un beso

    22/02/12 12:02

  • Asun

    Beth, cuanta razón tienes, a mi también me gustaría no planear tanto, ni querer tener todo atado, y bien atado. Solo improvisar y aceptar lo que venga, pero... no puedo. Igual que no puedo estar callada, en seguida me ofrezco a todo, y doy lo que tengo, y claro luego espero lo mismo a cambio y me doy cada batacazo.
    Bueno, perdona, que me enrollo, es que contigo me parece estar hablando con una amiga muy parecida a mi, ya te lo he dicho en alguna ocasión.

    Besos.

    22/02/12 02:02

  • Beth

    Pues a mi me alegra de que te sientas hablando como con una amiga, porque para ser amigas ni es necesario estar cerca geográficamente ni tan siquiera conocerse.

    Los planes...yo he planeado que intentaré no volver a planear. Pero ya veremos.

    Un beso enorme

    22/02/12 02:02

  • Neogrekosay2012

    Saludos:
    "La no acción genera la acción" Tus pensamientos forman parte de otros muchos pensamientos

    "Dijo un discípulo al viejo sabio...
    -¡Mestro, acabará la vida y seguiré siendo yo!.
    -El maestro lanzó un golpe contra el cuerpo del sicípulo,
    arrojándolo por la montaña.
    Una vez que el discípulo subió...
    ¿Crees ser el mismo que acaba de alcanzar la cima?

    Un gran saludo.

    22/02/12 09:02

  • Beth

    Creo que a cada minuto que pasa somos distintos, Greko, porque en ese minuto han pasado cosas que nos han cambiado, aunque no seamos conscientes. Pero es difícil, muy difícil a veces convivir con uno mismo y conservar la cordura.

    Gracias por tu comentario y mis mas cordiales saludos

    22/02/12 10:02

  • Serge

    Beth:
    Pero me gustan y me hacen desear alcanzar ese estado en el que nada se desea, nada se espera".

    El budismo también pregona lo mismo. Para alcanzar ese estado tenemos que estar conscientes de todos nuestros actos, desde que amanece hasta que anochece debemos autoobservarnos (que pensamos, que sentimos, que hablamos, cómo actuamos).
    Es una labor ardua y aunque no duremos ni un minuto en la autoobservación, por ser generoso en el decir, hay que intentarla una y otra vez. La vida esta aquí en el ahora, practiquemos estar presentes.

    Encantado de leerte.

    Serge.

    24/02/12 12:02

  • Beth

    Es verdad, pero es tan complicado a veces el presente que se tiende, al menos yo, a refugiarse en el futuro y obviar el ahora. Sin embargo, vale la pena intentarlo. Vivir en lugar de recordar tanto o de hacer demasiados planes, porque lo que hay es lo que se tiene en cada momento. Un abrazo

    24/02/12 11:02

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