Memorias de IdhÚn
Kirtash:
-No te dejes engañar por nada de lo que veas, por nada de lo que oigas, ¿me oyes? Mientras siga siendo Christian, mientras lleves mi anillo, seguiré siendo tuyo, por muy lejos que esté, por muchos besos que dé. ¿Me comprendes?
-Quizá cuando me veas caer a tus pies, muriendo por tu causa, seas capaz de comprender por fin hasta qué punto soy tuyo.
-Me clavaste una espada en el vientre. Yo te clavé una espada en el corazón, teniendo eso en cuenta , creo que no he salido muy mal parado.
-No es más que un nombre. ¿No es cierto? Lo importante es lo que somos por dentro.
-Aunque me vaya, seguiré estando contigo.
-No me perteneces. Tan solo me pertenece lo que sientes por mí.
-No veo por qué tienes que amar solo a una persona, si en tu corazón cabe espacio para dos.
-Pelearía por defenderla, hasta la muerte si es preciso. Pero no por tenerla, para poseerla como si fuese un objeto, una posesión mía. Esa es una actitud muy humana, pero aún no he caído tan bajo.
-Todo tiene un sentido, solo que a veces no encontramos las respuestas que buscamos, o no formulamos las preguntas adecuadas. Pero eso no significan que esas respuestas o preguntas no existan.
-Un beso es sólo un beso. Solamente tiene la importancia que tú quieras darle. Puede no significar nada, o puede cambiarlo todo.
Jack:
-Y ese día acabaré con su vida, te lo juro; para que ni tú ni yo, ni nadie más, volvamos a tener miedo por su culpa.
-Estoy de vuelta, y eso es lo que importa.
-No puedo evitar pensar que cada vez que nos vemos puede ser la última.
-No vas a perderme, Victoria. Estoy aquí, ¿ves? Y estaré aquí, siempre que me necesites. Esperando a que vuelvas de dondequiera que estés en estos momentos.
-Hace siglos que tendría que haberte dicho que siento algo especial por ti. Pero soy estúpido, y ha tenido que venir Kirtash a rondarte para que me diera cuenta. Tuve mi oportunidad y la dejé escapar.
-Lo que quiero decirte, lo que quiero que.. pase lo que pase, no olvides nunca, es que te quiero.
Victoria:
V: ¿Esto es amor?
K: Es lo que es... no veo la necesidad de ponerle un nombre.
-Te llamo Kirtash cuando te odio, Christian cuando te quiero.. es difícil definirse por uno u otro sentimiento tratándose de ti.
V: ¿Por qué no puedo matarte?
K: Yo iba a preguntarte lo mismo.
Victoria: ¿Soy rara, verdad abuela?
Allegra (abuela): No hija, tienes catorce años. Es una enfermedad que todos hemos pasado alguna vez.
