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De Amor y Muerte.

Ella era una soñadora sin remedio, una chica rebelde, defensora de todo ser vivo, humanista hasta la médula, una poeta nocturna y una narradora diurna, amante del café, le encantaba como aquél líquido amargo recorría su garganta y despertaba todas las neuronas en su cabeza. Todas las noches, antes de sentarse frente a la pantalla de su ordenador, se asomaba a su balcón y observaba aquellos cuerpos celestes, que le parecían la creación más hermosa de todo el universo. Observaba con entusiasmo la luna, imaginándose qué clase de seres habitan aquella circunferencia blanquecina, uno de los blancos más puros que haya visto jamás. Observaba la oscuridad de la noche y le parecía grandioso como aquel azul hacía que las estrellas y la luna se vieran mucho más magníficas y hermosas de lo que ya eran. Luego tomaba su taza color rosa, con la frase inscrita “Queen of everything”, la llenaba de café, se dirigía a su escritorio, encendía la pantalla de su computador, y se deleitaba escribiendo unos versos preciosos, pero sumamente tristes, que nadie pensaría jamás que salieron de una mente tan alegre y soñadora; como la suya.
Amaba la vida y vivía cada día como si fuera el último. Su mentalidad infantil le daba un aire inocente. Tenía la energía de una pequeña de ocho años y miraba el mundo con curiosidad y optimismo inenarrables, de esos que no se ven en la actualidad. Devoraba al mundo con su sonrisa angelical y enormes ojos color miel, que cualquier persona tan solo al verlos podía entender todo sobre ella, todo sobre la vida y lo que hay más allá. Era transparente y no tenía nada que ocultar, se mostraba al mundo tal cual era, sin importarle si a éste le agradaba su forma de pensar o no. Siempre tenía algo que decir, y si algo no le gustaba, defendía su postura hasta el final, jamás se guardaba una opinión, pronunciándola con una claridad impropia de una chiquilla de 18 años.

Se enamoró de la vida, sin saber que su encanto había enamorado a la mismísima Muerte. Su singular belleza y personalidad, le habían traído a la peor de las amantes. Ésta la seguía de cerca, pisándole los talones, deseando con todas sus fuerzas que esta chica encantadora, renunciara a su amor por la vida, y se dejara envolver en sus brazos lúgubres, para mantenerla cautiva y jamás volverla a soltar. Solo quería que tal hermosa criatura cerrara sus ojos y cayera profundamente dormida, y así poder contemplarla por siempre. Y la Muerte como es sabido, consigue lo que persigue, por eso se alegraba al notar que sus ganas de vivir se desvanecían, que sus fuerzas se agotaban y que su preciosa sonrisa se convertía lentamente en una mueca desolada y triste, hasta convertirse en un par de labios secos entreabiertos, solo capaces de emitir gemidos de dolor y desesperación. Le quedaba poco para despertar del sueño que llamamos vida; de empaparse de la muerte y su ineludible realidad.
Borntodie03 de abril de 2016

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2 Comentarios

  • Luisjose

    Borntodie!!! : ) .. me atrapaste con este relato! Està narrado con cada detalle muy bien elaborado. "Le quedaba poco para despertar del sueño que llamamos vida ..." Hay veces en que sentimos que la vida se nos và ... que morimos entre nuestros sentimientos en vez de vivir, cuando situaciones nos hacen daño y tratan de apagar esa llama interna. Pero la vida es hermosa, y hay que aprovecharla ... aunque estoy seguro que no es la unica que se vive y luego todo queda bajo tierra! ... !!! un placer leerte de nuevo señorita Vanessa!!! me llevarè tu texto entre mis favoritos! : ) !!!

    Luis J. Cabrè!

    03/04/16 03:04

  • Alis

    Me gusta mucho.Enhorabuena.

    24/05/16 07:05

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