Si te paras a pensarlo no todo lo que te ocurra tiene por qué ser bueno, y aun así te preguntas si lo mereces realmente, pero lo cierto es que todo lo que ocurre tiene que ver contigo, es parte tuya, y en la mayoría de los casos no puedas hacer nada, no tienes elección, pero esto no es del todo malo, diría que es casi la único hace posible que todo fluya aunque tú te estanques. Las cosas que nos decimos, lo que siento al mirar el reloj y darme cuenta de que son las 12 del mediodía y por nada del mundo me levantaría de la cama si supiera que no voy a volver a despertar al lado de esa cosa que no me deja dormir y no es un problema. Puede ser duro pensar que todo lo que ocurra formará parte de tu y estará ahí para siempre, que no soy yo quien elige y que cualquier día volveré a dormir más de cinco horas seguidas. Es duro que por mucho que lo intente evitar pueda acabarse el mundo… y aun así lo que me me quitaría el sueño es no poder estar contigo en ese momento. Porque eres mía. Lo único que no tengo y no me ocurre y que aun así es mía.

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