Felicidad
La felicidad, aquel paraje indomable capaz de despegar de las bases y cimientos de la angustia a uno, tan bello como un paisaje nevado y gélido en un país del norte, tan sereno como los campos con sus girasoles recibiendo las ondas del viento y la fuerza vital del ardiente sol, una experiencia gratificante como conseguir un amor de verano o abrazos afectuosos en invierno, y me pregunto, ¿Cómo es que dicha felicidad solo es conseguida por unos pocos? Aquellos neófitos en que se encasillan en un solo ideal de malicia, jamás serán permitidos en el Edén de los placeres mundanos y felicidad hedonista que solo unos escasos individuos consiguen con el trayecto de sus vidas, como una caminata tarareando una melodía silenciosa de un futuro alegre, yo llego a mis reflexiones existenciales, que más que amargarme por problemas tan humanos como la incertidumbre, alegan una misericordia que me salva del pozo séptico del odio pusilánime y destructor. Como las horas que tiene el día, misma cantidad de veces yo sonreiré al compás de una voz pacifica que me dicta que todo estará bien, ¿Como negarle aquellas palabras? Si vienen de la misma mente de la que yo razono mis pensamientos.
